POLÍTICA HIDRÁULICA

Aragón rechaza un trasvase del Ebro que la Confederación Hidrográfica del Ebro no contempla en su plan

Los regantes y Ecodes se oponen al traspaso de agua a Cataluña por cuestiones de suministro y ecológicas

La Confederación Hidrográfica no tenía constancia de la propuesta y ya tiene fijada su acción hasta 2027

El embalse de Ribarroja, el pasado mes de octubre.

El embalse de Ribarroja, el pasado mes de octubre. / EPC

Sergio H. Valgañón

La sociedad aragonesa tenía olvidados los tambores de un nuevo trasvase, enterrados por el Ejecutivo autonómico pese a la entrada de Vox, que siempre habla de un concepto nacional del reparto del agua. Hoy, esos rumores de movimientos a otros territorios de las aguas del Ebro llegan desde Cataluña, que atraviesa una grave crisis hídrica. Las primeras reacciones no han tardado en llegar, con los regantes y Ecodes rechazando la propuesta rotundamente. Más ambigua fue la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), que garantizó la calma hasta 2027, pero dejó en el aire lo que pueda pasar después, en función de las propuestas de todos los territorios de la cuenca.

Este domingo, el consejero de Acción Climática de la Generalitat de Cataluña, David Mascort, planteó dos proyectos para llevar agua desde el río Ebro hasta la zona del Priorat para garantizar el riego de unas 5.000 hectáreas de viña y olivos. Una iniciativa que, reconoció el conseller, deberá contar el apoyo de la Confederación Hidrográfica del Ebro. Llegó a plantear que las obras estuvieran listas en 2026 tras una inversión de 60 millones en los próximos tres años.

La CHE, presidida desde hace unas semanas por el barcelonés Carlos Arrazola, destacó en su comunicado que "no se tenía constancia" de las propuestas catalanas, por lo que "no han sido valoradas en la elaboración del plan 2022-2027". Este plan es el que rige las actuaciones de la confederación para los próximos años.

"Los trabajos de revisión del actual Plan Hidrológico del Ebro deberán estar acabados para diciembre del 2027", señaló la CHE en su comunicado, advirtiendo de que para entonces "todas las comunidades autónomas habrán tenido que realizar sus propuestas relacionadas con los regadíos y será ese el momento en el que, en su conjunto, serán valoradas todas las propuestas". La confederación advirtió de que todas esas nuevas proposiciones deberán responder a los criterios de sostenibilidad, entre los que se incluyen "la garantía del agua, viabilidad ambiental, existencia de derecho y existencia de financiación".

No entra en el debate político la CHE, pero sí recuerda lo vivido en 2023, que puede referenciar la situación que vive el territorio aragonés: "Episodios de sequía como el vivido en 2023 han revelado la vulnerabilidad de nuestros regadíos. Y esta circunstancia también habrá de ser tenida en cuenta en el próximo ciclo de planificación".

"Respecto a las obras o cesiones de emergencia que se han hecho dentro de la Cuenca durante la sequía 2023, se trata de actuaciones coyunturales y necesarias para episodios concretos", completa la CHE en su comunicado.

Quienes también tienen clara su respuesta a la posible llegada del minitrasvase a Cataluña son los regantes del Alto Aragón. El presidente José Antonio Pradas admite a este diario que solo han conocido la propuesta "por lo que se ha dicho en la prensa", pero la postura de la organización es clara: "No podemos estar de acuerdo con un trasvase si ni siquiera nuestras expectativas están cubiertas".

En la actualidad, para Pradas, los embalses aragoneses "no tienen los niveles" deseados por los regantes y faltan "reservas de nieve" en el Pirineo que aseguren un inicio normal de la temporada de riego que arranca en marzo. "Es importante tener esas reservas para que haya un gran deshielo y podamos comenzar en marzo la campaña", sostiene Pradas, que sí rechaza las previsiones de la CHE de que la temporada empezaría con restricciones, ya que "no sabemos lo que va a deparar la meteorología y habrá que esperar más para ver cómo empieza todo".

Sobre el trasvase, el presidente de los regantes altoaragoneses cree que el primer enfrentamiento tendrá lugar "en Cataluña, porque en el Delta del Ebro no estarán de acuerdo con está medida". En tierras aragonesas tampoco, porque, por ejemplo, "el embalse de Mequinenza se ha recuperado, pero no podemos olvidar que el año pasado estuvo en torno al 37% de su capacidad". "Estamos mejor que en años pasados, pero eso no significa que estemos bien", concluye Pradas.

Para el director de la Fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes), Víctor Viñuales, la importancia del debate es centrarlo en el futuro. "Los problemas en las cuencas se van a incrementar por el cambio climático", asevera Viñuales, que insta a resolver "de forma pacífica" las cuestiones relacionadas con el agua que mezclen las relaciones entre diferentes territorios.

De todos, el también fundador de Ecodes resalta que "los trasvases entre cuencas son pan para hoy y hambre para mañana", por lo que la recomendación de Viñuales de cara al futuro es que "los territorios se acostumbren a vivir con los recursos que tienen, porque la situación irá a peor por el cambio climático". La insistencia de Viñuales tiene base científica, ya que la ciencia "no recomienda estas obras y deberíamos evitar en todo lo posible los trasvases intercuencas".

Aún con todo, Viñuales advierte que resolver estas situaciones es "un esfuerzo de todos" y considera "contraproducente" que la palabra trasvase "siempre vaya ligada a la política, cuando lo mejor para la solución a esta problemática es un diálogo mantenido por la técnica, la ciencia y lo social". "La crisis del agua va a generar una situación más complicada para toda España y la solución pasa por la prevención, como se hace desde hace tiempo con los incendios", completa Viñuales.