PREVENCIÓN

Las bondades del ejercicio físico en cáncer: previene recaídas y aumenta la supervivencia

Los expertos señalan que es necesario que la prescripción de actividad física en pacientes con cáncer sea realizada desde las consultas médicas

El ejercicio físico recomendado puede prevenir enfermedades.

El ejercicio físico recomendado puede prevenir enfermedades. / Freepik

Nieves Salinas

El ejercicio reduce el riesgo de padecer hasta siete tipos de cáncer y contribuye a mejorar la supervivencia en tumores de mama, colon y próstata. La recomendación internacional sobre la práctica de ejercicio físico para prevenir el riesgo de padecer estos tumores indica que hay que realizar entre 150 y 300 minutos actividad física moderada a la semana o entre 75 y 150 minutos de actividad vigorosa. Así lo determina la última revisión de expertos del American College of Sports Medicine (ACSM, por sus siglas en inglés) y así lo ha recogido María Alonso, coordinadora del Programa de Ejercicio Físico en Oncología de GEICAM, en una jornada que se ha celebrado en Madrid.

En la Iª Jornada Ejercicio Físico y Cáncer, organizada por el Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama, el Consejo General de Colegios Oficiales de Licenciados en Educación Física y en Ciencias de la Actividad Física (Consejo COLEF) y la Universidad Europea de Madrid, se ha puesto de manifiesto que cada vez es más la evidencia científica que demuestra que el ejercicio físico repercute positivamente en la prevención, tratamiento y supervivencia de los pacientes con cáncer.

La OMS señala que el ejercicio físico, unido a otros factores, puede reducir hasta entre un 30 y un 50% el riesgo de aparición de cáncer

La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el ejercicio físico, unido a otros factores, puede reducir hasta entre un 30 y un 50% el riesgo de aparición de cáncer, según recordó Lidia B. Alejo, directora del Curso de Experto en Ejercicio Físico y Cáncer de la Universidad Europea de Madrid, que destacó los efectos positivos de esta actividad en las diferentes fases del cáncer. "El ejercicio físico previene recaídas de la enfermedad, aumenta la supervivencia y reduce el riesgo de mortalidad por cáncer", señala esta experta.

Prescripción desde las consultas

En el encuentro, los expertos consideraron que es necesario que la prescripción de actividad física en pacientes con cáncer sea realizada en las consultas médicas. En este sentido, María Alonso destacó la importancia de la individualización del entrenamiento en personas en un proceso oncológico, que pasa por tener en cuenta patologías previas que pueda tener, lesiones y sus preferencias, además de los efectos secundarios que pueda padecer a consecuencia de la enfermedad y los tratamientos.

El ejercicio contribuye a la mejora de la fatiga crónica, la ansiedad y la depresión, ayuda a prevenir el linfedema, la neuropatía periférica, la sarcopenia y los problemas de sueño

En lo que respecta a la recuperación de los pacientes con cáncer, el ejercicio puede tener efectos positivos en lo relativo al impacto de los efectos secundarios: contribuye a la mejora de la fatiga crónica, la ansiedad y la depresión, ayuda a prevenir el linfedema (la hinchazón que causa la acumulación de líquido linfático en el cuerpo); la neuropatía periférica -un conjunto de síntomas causado por el daño a los nervios que se encuentran fuera del cerebro y la médula espinal-; la sarcopenia -la pérdida de masa, fuerza y funcionamiento de los músculos- y los problemas de sueño.

Una sanitaria con una paciente con cáncer de mama.

Una sanitaria con una paciente con cáncer de mama. / Elisenda Pons

Además, hasta el momento se cuenta con "resultados prometedores" en cuanto a la mejora de los síntomas relacionados con la caquexia -pérdida de peso corporal, masa muscular y debilidad, que se puede presentar en los pacientes con cáncer-, la disfunción cognitiva y la cardiotoxicidad, según Lidia B. Alejo.

Sistema inmunitario

En la reunión también se puso de manifiesto que, en la misma línea, crece el número de estudios que evidencian la relación entre el ejercicio físico, el sistema inmunitario y el cáncer. Con la actividad física, el músculo produce sustancias que estimulan el sistema inmune, con una capacidad para combatir las células cancerosas, explicó el doctor Alejandro Lucía, catedrático de Fisiología en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Europea de Madrid. "Estudios actuales demuestran que el ejercicio hace aumentar la acción de las células Natural Killer (NK), que tienen una función de inmunovigilancia que actúa contra los tumores", afirmó.

Según este experto, está comprobado que "la práctica de ejercicio regular rejuvenece las células T, con función anticancerosa; aumenta la capacidad citotóxica de las células NK en general, y disminuye la inflamación crónica (gracias a las IL-6); y aumenta el número de células inmunes dentro del tumor".

Las células tumorales van mutando para burlar la inmunovigilancia, por lo que tener un mayor número de células inmunes dentro del tumor gracias al ejercicio no garantiza la destrucción del mismo

Sin embargo, el doctor Lucía enfatiza que las células tumorales van mutando para burlar la inmunovigilancia, por lo que tener un mayor número de células inmunes dentro del tumor gracias al ejercicio no garantiza la destrucción del mismo. Sin embargo, podría ser útil en combinación con la inmunoterapia, de modo que los pacientes que reciben este tratamiento podrían responder mejor al mismo con la práctica de ejercicio físico, a pesar de que es necesario seguir investigando en esta línea para poder tener más evidencia al respecto.

Sedentarismo y mama

Para avanzar en un mayor conocimiento científico sobre los efectos del ejercicio físico en la prevención y evolución de la enfermedad, GEICAM tiene en marca el estudio EpiGEICAM, que revela que las mujeres españolas con un estilo de vida sedentario tienen un 71% más de riesgo de desarrollar cáncer de mama a lo largo de su vida.

La iniciativa se une a otras ya impulsadas por el Grupo, como el Proyecto de Ejercicio Físico Oncológico, cuyo objetivo consiste en liderar la investigación sobre los beneficios del ejercicio en la evolución del cáncer u otros proyectos destacados como GYMNOS, un estudio para evaluar la cantidad de actividad física habitual en pacientes con cáncer de mama o EVAL-ACTIVA, para validar dos de los cuestionarios internacionales de actividad física más utilizados en investigación frente al acelerómetro en pacientes con la enfermedad.