La Opinión de Murcia

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Reto

Michele Cassano: cruzar a remo el Atlántico con escala en Cabo de Palos

Desbordado de ilusión y con el claro objetivo de atravesar el océano desde Lanzarote hasta Guadalupe, el italiano ha hecho una breve parada previa en la costa murciana

Michele Cassano junto a su barco en Cabo de Palos. L.O.

El marinero Michele Cassano (Véneto, 1972) ha echado el ancla durante unos días en la costa murciana, antes de dar comienzo a uno de los mayores retos de su vida, atravesar remando el océano Atlántico. Tras una parada en los puertos de Cabo de Palos y Cartagena, que ha empleado para recargar energías, el italiano se dispone a iniciar su viaje desde Lanzarote a la isla de Guadalupe, en el Caribe, dependiendo únicamente de él y de su pequeño barco. Su afición por el mar comenzó cuando era pequeño, navegando en el velero de su familia por el mar Egeo y el Mediterráneo. Desde entonces, su espíritu aventurero e inquieto le ha proporcionado una amplia experiencia surcando las aguas que rodean el globo terráqueo.

Entre el 2000 y 2008 diseñó y construyó un OPEN 60 de 18 metros y My way 60 para regatas transoceánicas en solitario. En 2012 se trasladó desde Las Palmas hasta Santa Lucía en 15 días, 17 horas y 39 minutos, un año más tarde Michele decidió explorar el Caribe en barco. En 2015 logró la cuarta posición del mundial de regatas Maxi Yacht Rolex Cup en Porto Cervo y en 2018 se enfrentó a la prueba reina para los navegantes solitarios del Mediterráneo, la competición Roma X 1, donde consiguió la tercera posición. Estas travesías le han otorgado toda la preparación necesaria para poder embarcarse en su nuevo reto: atravesar el océano Atlántico desde Lanzarote hasta Pointe-à- Pitre (Guadalupe).

Embarcación de Michele Cassano.

Para Michele el mar es un lugar en el que no le importa estar solo, ya que le aporta «paz y tranquilidad». «El miedo siempre está, es un compañero de viaje más, pero para mí está bien, porque lo que más me satisface es poder llegar a cumplir mi objetivo, que es llegar a Guadalupe», exclama.

Tendrá que remar durante noventa días a ocho o diez horas por jornada; es decir, que es uno de los retos más duros del planeta

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Reconoce que este reto es una prueba de cabeza, donde lo primero es estar cómodo en el mar, lo segundo es comer y lo tercero es remar: «Al remar diez horas al día lo único que te hace sentir menos fatiga y dolores es una fuerte motivación».

Tener que remar 90 días durante más de 5.000 kilómetros, de 8 a 10 horas por jornada, con olas de 4 a 8 metros de altura, lo convierte en uno de los desafíos más duros del planeta. Para ello, este intrépido italiano ha diseñado y construido el torpedo Spirit of my Way 60, de 8 metros, robusto y autoadrizable. En la proa hay una cabina estanca con una litera, estufa de gas y panel de instrumentos de navegación. Por otro lado, en la popa, podemos encontrar otra cabina estanca para la cocina, repuestos y baterías. Los equipos de seguridad a bordo son los mismos que los de un gran barco oceánico a vela: teléfono satelital; Epirb, un localizador satelital para llamadas de auxilio; un sistema llamado Ais, para evitar colisiones con los barcos; Tracker; GPS, y paneles solares. Además, presenta un ancla flotante, fundamental para no retroceder cuando los vientos son contrarios y poder alinear el barco en la dirección cuando el mar se eleva.

Para el consumo de agua, el barco está dotado de un suministro que la desaliniza de manera manual. En cuanto a la comida, el Spirit of my Way 60 cuenta con una bolsa estanca que contiene las 5.000 calorías necesarias para remar en un día.

Michele, repleto de motivación, espera poder culminar satisfactoriamente esta aventura, que comenzará el 31 de diciembre de 2022, y afirma que el número de personas que han escalado el Everest es mayor que el de las que han remado un océano.

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