En sus subidas y bajadas desde su hogar, situado a unos 1.000 metros de profundidad, hasta las capas superficiales del mar en busca de sustento, los peces y otros organismos 'secuestran' el carbono. Con este descubrimiento realizado por un grupo de investigadores internacional y liderado por científicos españoles de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y distintos centros del Instituto Español de Oceanografía (IEO), se concluye que estos misteriosos animales pueden contribuir a mitigar el cambio climático, dado que en su movimiento vital contribuyen a que el carbono sedimente a 1.000 e incluso a 4.000 metros de profundidad, donde "puede permanecer secuestrado durante cientos de años", como recalca el científico principal del proyecto, Santiago Hernández.

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