Tarde soleada para despedir la última cita taurina de la Feria de septiembre, la tradicional corrida de rejones. Evento que queda lejos ya de aquellas tardes donde se colgaba el cartel de ´No hay billetes´. Ayer se rozó los tres cuartos de entrada para ver a los caballeros rejoneadores primeros en el escalafón, que ofrecieron una tarde de lucimiento y espectáculo saliendo los tres por la puerta grande de La Condomina.

Una cita que contó, como en algunos días anteriores, con el presidente del Ejecutivo Regional, Fernando López Miras, quien estuvo acompañado de la titular de Turismo, Miriam Guardiola. Tampoco faltaron a la cita murciana grandes amantes del mundo del caballo como Enrique García, propietario de la yeguada El Gato, o el farmacéutico caravaqueño Pedro Guerrero.

Tras la desafortunada actuación musical de la novillada, donde se olvidaron de tocar la puerta grande a Marcos y Ramón Serrano, la tarde de ayer estuvo amenizada por una banda formada por músicos de Archena y Santomera, que tocaban a toro 'corrío', habiendo o no necesidad.

Los peones de Andy Cartagena fueron los encargados de parar el primer toro. Costándole después meterlo en el caballo; colocó un solo rejoncillo.

Estuvo muy bien con las banderillas, sobre todo cuando utilizó a 'Picasso', que puso la emoción cuando se dejaba tocar el rabo por los pitones del burel. Levantó el clamor en los graderíos cuando utilizó a 'Humano', que realizó tres de sus famosas levadas.

Soberbio en banderillas con banderas y espectacular rejón de muerte a lomos de 'Brujita', consiguiendo desorejar a su primero.

En el segundo de su lote colocó un solo rejoncillo, al que en esta ocasión sí paró en el centro del anillo en una labor sosegada.

Toreo clásico en banderillas, mezclado con adornos como las piruetas para citar después haciendo el balanceo y colocando banderillas dando el pecho y clavando la estribo. Durante la faena lució con 'Apolo', colocando banderillas al quiebro. A lomos de 'Pintas' cogió el rejón de muerte ejecutando la suerte de manera rápida y efectiva, volviendo a desorejar a su enemigo.

Galán a lomos de 'Amuleto' estuvo un poco soso en la colocación de su primer rejoncillo, más alegre con 'Embroque' colocando banderillas y saliéndose en la cara del toro cambiando de tranco. A la salida de uno de estos, perdió los cuartos traseros yéndose al suelo y siendo embestido por el toro, sin mayor consecuencia. Hasta en cuatro ocasiones colocó banderillas cortas en el lugar que ocupa un dedal, para después tener que utilizar hasta en cuatro ocasiones el rejón de muerte, siendo de gran efectividad la última. A lomos de 'Artista' inició la faena del segundo de su lote, al que colocó dos rejoncillos, tras parar las acometidas del toro con suavidad y llevándolo prendido en los vuelos de la cola. Banderillas con 'Embroque' y 'Bambino', citando pegado a tablas, colocándolas al quiebro en el último suspiro. Cerró con rosas para concluir dejando en todo lo alto al rejón de muerte, teniendo que usar el verduguillo. Firmó dos trofeos.

Diego Ventura, que indultó por primera vez un toro de rejones en la historia de La Condomina en 2017, paró a su primer toro colocando un solo rejoncillo. Empezó a calentar el ambiente en banderillas a lomos de 'Iris', y citando de lejos con 'Sueño', quebró en la misma cara del toro, lo que levantó los aplausos del respetable. Se lució en dos espectaculares levadas para a continuación colocar banderillas cortas de manera impecable a lomos de 'Remate', al que le sometió a otra espectacular levada. Cerró la suerte colocando un rejón que atronó al de Los Espartales.

'Marlboro' fue el último toro de la tarde al que el portugués recibió, garrocha en mano, desde la manga de toriles, a lo vaquero. Lo paró en los medios para colocarle un rejón. Impecable en banderillas, guardando los tiempos y destacando las banderillas cortas colocadas de manera ajustadísima, Ventura estuvo muy sobrio y torero en la ejecución de las suertes, incluida la del rejón de muerte al primer intento. Se descabalgó y plantó cara a su rival hasta que dobló, rompiendo la plaza en aplausos por la faena realizada. Volvió a lograr desorejar a su rival. Pese a la petición de rabo, el freno de las mulillas y el tiempo pausado del peón cortado las orejas, el palco finalmente no lo concedió.