La agricultura ecológica es una de las formas más sostenibles y eficientes de producir alimentos con el menor impacto sobre el medio ambiente. La Comisión Europea señala el respeto al medio ambiente como uno de los valores fundamentales de esta forma de cultivo, que incluye «un elevado nivel de biodiversidad y la conservación de los recursos naturales» como técnicas propias de la agricultura ecológica, además de utilizar «procedimientos y sustancias naturales» para la protección y la nutrición de las cosechas. En la Comunidad Autónoma de Murcia, el organismo encargado del control de la producción ecológica es el Consejo de Agricultura Ecológica de la Región (Caerm), que vela por el cumplimiento de la normativa europea en esta área.

El beneficio sobre el medio ambiente es uno de los pilares que sostienen la transición hacia una agricultura cada vez más ecológica y sostenible. La extensión de tierra dedicada a este tipo de cultivo no para de crecer en el mundo; de acuerdo con el Instituto de Investigación para la Agricultura Ecológica (FIBL por sus siglas en alemán), la superficie de agricultura ecológica ha crecido casi un 15% desde 2014 y se ha multiplicado por cuatro en los últimos 20 años. En España son más de 2.018.000 las hectáreas dedicadas a superficie ecológica, y en la Región de Murcia el 22% de la superficie agrícola cultivada pertenece a la producción orgánica. Cabe destacar que en algunos cultivos como la almendra y el viñedo la superficie ecológica representa más del 40%.

La tasa de cultivos ecológicos en comparación a la agricultura convencional aumenta con los años gracias a la demanda creciente de productos orgánicos por parte de los consumidores. El informe ‘The World of Organic Agriculture’ del FIBL en el año 2017 expone el rápido crecimiento del consumo de alimentos ecológicos, de mas del 20% en países como Suecia, Irlanda o España.

La demanda de productos ecológicos es creciente en Europa, algo de lo que las cadenas de distribución y las grandes marcas de la alimentación ya se han dado cuenta, apostando por reforzar la presencia de estos alimentos en sus supermercados o en sus ofertas y promociones respectivamente. Una decisión que es buena para los consumidores, que ganan en salud, pero también para el medio ambiente, del que dependemos todos, seamos consumidores o no de productos ecológicos.

Clave en la mitigación de GEIs

Según recientes informes del Intergovernmental Panel of Climate Change (IPCC), el 33% de las emisiones causantes del calentamiento global proceden de la actividad agrícola, muy por delante de la Industria (19,4%) y del aprovisionamiento energético (25,9%). Estas emisiones o Gases Efecto Invernadero (GEIs) se deben en un 14% a la agricultura industrial y en un 19% a la deforestación.

Los principales gases causantes del calentamiento global son el dióxido de carbono que se libera al aire a través de la respiración de plantas y animales, con el uso de combustibles fósiles y de insumos químicos; el óxido de nitrógeno que está vinculado al ciclo del nitrógeno y que es exclusivo del sector agrícola, se debe al abuso de abonos de síntesis; y el metano, producido por estiércoles derivado de la alimentación de síntesis en la ganadería industrial. La agricultura convencional es una fuente de emisión de CO2, mientras que la agricultura ecológica capta carbono.

Según la FAO, la agricultura ecológica contribuye a cerrar los ciclos de nutrientes en las explotaciones, utiliza recursos locales, mantiene las características físico químicas del suelo, reduce la erosión, emplea fuentes energéticas renovables, hace un uso menor de la energía fósil, no emplea productos de síntesis, realiza una cría y manutención más longeva del ganado, reduce el uso de los piensos importados, aumenta la biodiversidad, conserva los recursos genéticos, pone especial atención a la emisión y reciclado de residuos, utiliza materiales reciclables y tiene un papel importante en circuitos cortos y venta directa. Por todo esto resulta beneficiosa para el medio ambiente y más sostenible que la agricultura convencional.

Bajo estas líneas, se muestra un gráfico en el que puede ver el potencial de la reducción de GEIs derivado de los principios de la agricultura ecológica.