La corrida del 150 Aniversario de la Plaza de Toros de Yecla fue un acontecimiento en la ciudad. Más de cinco años sin corrida de toros y apostando fuerte por la Escuela de Tauromaquia de la Región de Murcia dieron sus frutos, sin embargo, a la hora de convocar público para un festejo mayor. El gran reclamo era, sin duda, la corrida de Victorino Martín. Y para celebrar la efeméride y disfrutar de la tarde de toros acudieron al recinto taurino más antiguo de la Región el presidente de la Comunidad Autónoma, Fernando López Miras, acompañado del alcalde de Yecla, Marcos Ortuño. Justo antes del comienzo del festejo, uno y otro hicieron entrega de un recuerdo conmemorativo al ganadero Victorino Martín y a José Ortega Cano, apoderado de Morenito de Aranda.

Había curiosidad por saber cómo se iba a desenvolver con los toros de Victorino la rejoneadora portuguesa Ana Rita que, a la postre, fue la gran triunfadora de la tarde al cortar tres orejas. Sus dos toros de Victorino acusaron físicamente los dos rejones de castigo que les puso Ana a cada uno. Pero, a pesar de perder potencia, plantaron cara y batalla a la rejoneadora, a la que tan solo faltó un punto más de temple para terminar de cuajar una gran tarde. Capaz, valiente, precisa al clavar y espectacular en los adornos, la desconocida rejoneadora portuguesa causó una muy grata impresión.

Un trofeo para Morenito

De los dos toreros de a pie el que más orejas cortó fue Daniel Luque, pero el que mejor sabor de boca dejó fue un Morenito de Aranda, que toreó extraordinariamente por naturales al segundo de la tarde y que se abandonó con la mano derecha con el quinto.

Ninguna de sus dos faenas pudo tener la limpieza que buscaba, pero hubo en sus dos trasteos muletazos de gran profundidad y bella composición.

Su primer toro fue muy claro de salida por el lado izquierdo. Y por ahí lo aprovechó el Moreno después de haber intentado acoplarse sin éxito por la mano derecha. Cuando el burgalés se sintió cómodo tras pasar varias veces por la mano izquierda a ese toro, llegaron los momentos más profundos y templados de toda la tarde. No fue fácil el toro tampoco por ese lado, pero tenía su tecla clara. Y cuando Morenito se acercó a tocarla surgieron naturales largos y hondos, empatados y sentidos. No fueron, quizás, más que cinco o seis verdaderamente buenos en cuatro o cinco tandas. Pero fueron tan buenos que, al final de la tarde, aún rondaban en la memoria. El quinto fue aún más exigente. Pero Morenito encontró momentos para descolgarse de hombros, encajarse y dormirse. Solo que, al no ir sometido a la embestida en esos momentos, el toro terminaba punteando la muleta y desluciendo el remate de los pases. Con ninguno de los dos toros estuvo bien Morenito de Aranda con la espada y, por eso, tan solo terminó paseando un trofeo del quinto. Pero hubiera sido tarde de Puerta Grande de haber estado acertado con el acero.

Momentos importantes

Daniel Luque quiso meterse con el capote de salida con el tercero, pero ya en esos momentos el toro le cantó que se iba a quedar corto y a reponer con rapidez. Eso, y no otra cosa, fue lo que hizo en la muleta, a pesar del esfuerzo grande de un Daniel Luque que no se aburrió, a pesar de todo, de estar en la cara del toro. Con el sexto, sin embargo, encontró más colaboración. Aunque el toro de Victorino no se deslizó nunca con claridad, Luque le tragó con firmeza y terminó haciéndolo romper de mitad de faena en adelante. Ahí surgieron momentos importantes agrandados por la torería de Luque y su forma de vestir la escena.

El pecho acompañando la embestida, el paso hacia adelante decidido para provocar la arrancada y hacer repetir al toro, la cintura jugada al compás. Solo un pero: que Luque vació por arriba el 90 por ciento de los muletazos. Y por eso las series buenas no terminaron de tener verdadera fuerza e impacto. Un par de ellas con la mano derecha, más redondeadas, provocaron más jaleo. Y una estocada efectiva al segundo intento puso en sus manos las dos orejas de ese toro y la posibilidad de hacerse una foto histórica: a hombros junto a Ana Rita, el día en el que la Plaza de Toros de Yecla cumplía 150 años.