Los datos de la salud mental en España
Según el Sistema Nacional de Salud, por cada 100.000 habitantes deberíamos tener un mínimo de 23 enfermeras especialistas en salud mental, 18 psicólogas y psicólogos clínicos, y 18 psiquiatras.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un 1% de la población sufrirá algún problema de salud mental y, en muchos de los casos de forma prolongada en el tiempo.
La situación es tan preocupante que calculan que en el año 2030 será la primera causa de discapacidad en el mundo.
La depresión es la enfermedad más frecuente que existe, y según datos del organismo internacional, afecta a 264 millones de personas.
En España, 1 de cada 4 personas tendrá algún problema de salud mental a lo largo de su vida. Y el 6,7% de la población española ya está afectada por dos de los trastornos mentales más comunes: ansiedad y depresión.
A lo largo de los últimos años y, sobre todo, desde el comienzo de la pandemia, el coronavirus ha pasado factura a la salud mental de toda la población. De hecho, los pensamientos suicidas han aumentado un 10%.
Pero, si hablamos de los jóvenes, ese porcentaje se incrementa hasta un preocupante 14%.
Y como ha quedado claro, los niños y adolescentes son de los más vulnerables. De ahí que sean los protagonistas del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra este lunes, 10 de octubre, con el lema “Dale like a la salud mental. Por el derecho a crecer en bienestar”.
El presidente de la Confederación de Salud Mental en España, Nel A. González, también familiar de una persona con problema de salud mental, explica a este portal que esos pacientes "necesitan una atención especial" y "desde el propio colegio".
El estigma social de los trastornos mentales, que hoy sigue latente, es el principal lastre en el diagnóstico, tardío o incluso con una evaluación errónea.
La Organización Mundial de la Salud define los trastornos mentales como una “alteración clínicamente significativa de la cognición, la regulación de las emociones o el comportamiento de un individuo”.
La salud mental puede verse afectada por un conjunto de factores muy diversos, y que en muchas ocasiones no dependen de nosotros mismos.
Por eso, cuando llega el diagnóstico de problema de salud mental, parece que el mundo se viene abajo.
Pero, como hace hincapié González, “los trastornos mentales no tienen porqué ser de forma permanente y hay una gran posibilidad de recuperar la vida que se tenía antes de la enfermedad”.
Precisamente, este es otro de los objetivos del Día Mundial de la Salud Mental, visibilizar que los problemas de salud mental no son para siempre.
Si es verdad que para su mejoría es necesario un tratamiento psicoterapéutico, y que se puede prolongar durante un tiempo determinado. Eso sí, la detección precoz es fundamental.
Pero la realidad todavía no permite ser muy optimista, y la OMS resalta que "solo el 29% de las personas que padecen psicosis y solo un tercio de las que sufren depresión reciben atención sanitaria de la salud mental en el ámbito del sistema de salud formal". Y son datos corroborados por las cifras en nuestro país.
Las carencias de España en salud mental son más que evidentes. La ratio de profesionales en la red de salud mental es insuficiente, más aún tras la ola pospandémica que estamos sufriendo.
Los datos de la salud mental en España
Según el Sistema Nacional de Salud, por cada 100.000 habitantes deberíamos tener un mínimo de 23 enfermeras especialistas en salud mental, 18 psicólogas y psicólogos clínicos, y 18 psiquiatras.
“Existen unas larguísimas listas de espera, los profesionales tienen muy poco tiempo para atender adecuadamente a los pacientes. No es normal que a una persona con depresión le den una cita para dentro de cuatro meses, porque es tarde y pierde utilidad”.
Los niños y adolescentes también pueden padecer problemas de salud mental en estas edades tempranas.
Rubén Chacón-Cabanillas, enfermero especialista en salud mental infanto-juvenil y miembro de la Asociación Española de Enfermería de Salud Mental, puntualiza a este portal que:
“También es importante crear un entorno de confianza y seguridad en el que se puedan expresar, sin banalizar y ofreciendo apoyo”. Y esto es precisamente lo que se lleva a cabo en los grupos que se realizan en las Unidades de Hospitalización de Psiquiatría Infanto-Juvenil.
Como subraya Chacón-Cabanillas:
Y todo ello con diferentes estrategias y herramientas, como técnicas de relajación y de autocontrol que les sean útiles en su día a día”.
El primer obstáculo al que se enfrentan los especialistas cuando los menores ingresan en estas unidades “es el propio estigma”.
Pero, la familia y su entorno juegan un papel fundamental en la recuperación de los adolescentes.
Porque aunque es muy difícil afrontar un problema de salud mental, y más en el entorno familiar, hay salida.