Psicología infantil

La evaluación psicopedagógica

la evaluación psicopedagógica

la evaluación psicopedagógica / J. Alejandro López

J. Alejandro López

Una de las funciones de los orientadores educativos de los centros escolares de las etapas de Infantil, Primaria y Secundaria es la de realizar la evaluación psicopedagógica, con su respectivo informe, del alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo, es decir, del alumnado que mantiene alguna dificultad o trastorno del aprendizaje u otras circunstancias que complican su rendimiento académico y su situación educativa. En este artículo nos preguntamos qué es la evaluación psicopedagógica, cómo se realiza y cuál es su relevancia en el sistema educativo.

Desde la atención a la diversidad hemos de descubrir las características y posibles dificultades del alumnado de los centros educativos y esto se consigue evaluando su situación, tanto en el contexto aula como en el hogar. La evaluación psicopedagógica es un instrumento esencial para valorar al alumnado en el que se aprecia alguna característica diferencial y/o dificultad socio-educativa. Para ello es importante recabar información de los diversos agentes sociales implicados en la educación de los discentes. Se han de realizar diversas entrevistas, entre ellas a los familiares, para conocer las características de su hijo, su historia de vida y los apoyos que recibe del entorno. También se realizarán entrevistas con el tutor o tutora escolar para valorar el rendimiento académico, el nivel de competencia curricular y conocer las dificultades educativas que han podido percibir. El resto de profesores que atienden al alumno aportarán información valiosa del rendimiento y la socialización en el aula, dentro de cada asignatura impartida. Y será importante realizar una entrevista con el propio discente para conocer el alcance de las características, dificultad o trastorno detectado. Para ello se realizan pruebas tanto de tipo cualitativo como cuantitativo (test y pruebas psicométricas). Entre estas dificultades, trastornos y/o características encontramos la dislexia, la discalculia, la disortografía, la inteligencia límite, la discapacidad intelectual, motriz, visual y auditiva, el trastorno del aprendizaje no verbal, las altas capacidades, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad y el trastorno del espectro autista (estas dos últimas diagnosticadas por Salud Mental), entre otras casuísticas.

Una vez recabada toda información del contexto educativo y socio-familiar, se puede valorar si el alumno manifiesta alguna de las dificultades o trastornos mencionados. Parte de ellos han de ser corroborados y diagnosticados por Salud Mental con un informe psiquiátrico correspondiente. Otros los dictamina el mismo orientador, valiéndose de pruebas psicométricas y toda la información cuantitativa y cualitativa obtenida. En dicho informe han de aparecer las necesidades educativas, las recomendaciones pertinentes, así como las adaptaciones que se pueden llevar a cabo por parte del profesorado para atender al alumno y así dar una respuesta acorde a las necesidades educativas de este. Todo ello quedará plasmado en un plan de actuación personalizado (PAP). El PAP es un documento elaborado por el tutor en colaboración con el resto de profesores que dan clase al alumno en cuestión y con el asesoramiento de los servicios de orientación, donde quedan recogidas las medidas que se van a llevar a cabo con este.

La evaluación psicopedagógica es crucial para poder atender a la diversidad del alumnado, pues nos sirve para conocer las características y dificultades que mantiene en el sistema educativo y así poder dar una respuesta acorde a sus necesidades.