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Solo la medicina nos salvará de la droga

El fentanilo es ahora mismo la gran amenaza dentro de las drogas en EEUU.

El fentanilo es ahora mismo la gran amenaza dentro de las drogas en EEUU. / EPE

Dionisio Escarabajal

Dionisio Escarabajal

Vaya por delante que en cuestiones de moral y costumbres me considero un libertario rayando en lo libertino. Y no porque practique yo mismo el libertinaje (aunque tuve alguna temporada de excesos juveniles) sino porque la experiencia propia de someterme al control físico y mental ajeno me dejó con un ansia irrefrenable de eliminar la palabra prohibición de mi vida y de la de mis semejantes.

Partiendo de esta adhesión inquebrantable a la libertad propia y ajena, no es de extrañar que haya sido siempre partidario de la legalización de las drogas, sean duras, blandas o mediopensionistas. Y hasta ahora, todos los experimentos de liberalización me habían dado la razón. En países con políticas tolerantes con el consumo como España o Portugal, se ponía en evidencia que los resultados para la salud y la calidad de vida de gente que había caído en la adicción a las drogas eran positivos. De ahí a una liberalización general hay un trecho importante, pero el que varios estados de EEUU despenalizaran el consumo de estupefacientes, como en el caso de Oregón, apuntaba a una ola que sería imparable. La despenalización general es lo único que quitaría oxígeno al tráfico ilegal y el medro de las organizaciones mafiosas.

Finalmente el experimento en Oregón parece haber fracasado y la opinión pública está arrepentida de su anterior decisión aprobada por un referéndum popular. El espectáculo de adictos tumbados por las calles en estado catatónico por efecto de las drogas es insoportable para los ciudadanos de Oregón. Aquí también lo sería. 

La realidad es que la ingeniería social frente al azote de la drogadicción solo parece tener efectos paliativos. Sigo sin ver la razón para prohibir el consumo recreativo de drogas blandas, pero no se me ocurre cómo solucionar la fuerte adicción y la pulsión suicida que conlleva el uso y abuso de drogas duras, con el fentanilo enmierdándolo todo estos días y provocando innumerables casos de sobredosis en EEUU. 

Solo confío ya en la química y en el poder de las farmacéuticas para encontrar el remedio mágico que resuelva la situación. Y me consta que están en ello.

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