Noticias del Atropoceno

Mesías de toda condición y pelaje

Dionisio Escarabajal

Dionisio Escarabajal

Ya lo dijo Jesús, según cuenta el evangelio de San Mateo: «Cuidado, porque vendrán falsos profetas y falsos mesías, y harán cosas tan maravillosas que engañarán a la gente». Con este aviso el Evangelio nos pone en alerta de que los mesías proliferaban en aquellos años y no han dejado de proliferar posteriormente. El problema es diferenciar los mesías que encabezan lo que tomamos por iglesias serias reconocidas y los líderes de sectas. 

La distinción no es baladí, porque los primeros gozan de amplio reconocimiento social y, lo que es más importante, subvenciones, exenciones y privilegios fiscales sin cuento, y los últimos son perseguidos como delincuentes y ven limitados sus derechos de expansión. Y carecen de subsidios y prebendas de cualquier tipo por parte del Estado.

La televisión en streaming se está ocupando últimamente mucho de los falsos mesías. En concreto pudimos ver el sutil proceso de seducción de una vecina de Elche, que se dejó convencer por un jesucristo de tres al cuarto que se la llevó al Perú, donde el fulano se había montado un harén, patético donde los haya porque no tenía donde caerse muerto, y menos sostener un gineceo de hembras a su servicio. 

También estamos viendo el caso de una familia reconvertida en secta católica de la mano de los Javis en Movistar. Es una estupenda producción que empieza de forma intensa, baja un poco el tono en los siguientes capítulos, para retomar una fuerza adictiva en los últimos episodios estrenados. 

Ahora se ha puesto de moda hablar de las sectas. Incluso los Testigos de Jehová han tenido que salir a la palestra reclamando el estatus de confesión religiosa reconocida. No sé qué opinarán los médicos y enfermeras que tienen que contemplar cómo los padres de los testigos de Jehová que requieren una transfusión de sangre se oponen ferozmente a ello, cuando se trataba de menores de edad, porque los adultos se oponen solos. 

Y es que no hay aspecto de las convicciones humanas, excepto los nacionalismos excluyentes, que haya causado tanto horror y sufrimiento en la historia como la religión organizada.

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