Sábado, Día Mundial contra el Cáncer

La espera

Luis González-Adalid

Cualquier cosa mejor que una pantalla. La sombra en el hueco de la puerta, el reflejo en la chapa del rodapié, la hendidura a lo largo de la pared, la luz rasante, el suelo que brilla… Cualquier cosa mejor que una pantalla. Los brillos apagados del pestillo industrial, los textos del extintor, su boquilla lánguida, el higiénico azul de los asientos, sus bordes desgastados, el carraspeo nervioso de los pacientes…

Cualquier cosa mejor que una pantalla. Las manchitas y pequeños dibujos del sintasol conforman todo un universo, algo infinito; te quiero hasta el infinito dicen también mis nietas y cuando lo dicen yo me siento enorme, oceánico, pequeño infinito afortunado, no medible, en un mundo incierto. ¿Se puede medir todo el amor que cabe en una lágrima? Según el principio de incertidumbre cualquier acción de medir altera lo medido y la observación modifica el objeto observado… Es física cuántica, creo que lo dijo un tal Heisenberg. Cualquier intento de pensar ahora puede hacer que me orine encima.

No pienses entonces, cuenta y respira, cuenta y respira… Cualquier cosa mejor que una pantalla, «he visto cosas que vosotros no creeríais: atacar naves en llamas más allá de Orión, he visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhauser, etcétera, etcétera…», «lágrimas en la lluvia». Si piensas en la lluvia es posible que te orines encima, lo demás es solo un poco de dolor. Prolongando el cinturón de Orión se hallan las Pléyades —¿recuerdas?—: «Brillaban las Pléyades y con sus destellos borraban la sangre. Toda la noche estuvieron así, purificando la tierra, y las arenas quedaron limpias y su blancura emanó la posibilidad tras el olvido»…

He visto cosas que vosotros no creeríais en el sintasol de esta sala de espera y uno es del tamaño de lo que es capaz de imaginar. Cualquier cosa es más profunda que una pantalla, pero si piensas en ello es posible que te orines encima. He visto cosas… relájate y respira, respira, concéntrate en ese tornillo oscuro sobre la madera clara ¿qué hace esta imitación de madera en un hospital? Concéntrate en el tornillo y no pienses, cuenta, respira, cuenta, respira. Olvídate de la agitación tras esa rejilla que recuerda a un confesionario. Mejor piensa en las Pléyades ¿Estás preparado, Luis?

Betelgeuse y Bellatrix quedan a la izquierda del cinturón de Orión, Rigel a la derecha… Respira. Cualquier cosa mejor que una pantalla. Respira. Cinco, seis, siete, ocho, nueve… respira; «y las arenas quedaron limpias y su blancura emanó la posibilidad tras el olvido». Respira. ¿Cabe el mar en un vaso de ginebra cuando nombrar el mar es como nombrarlo todo…? ¿Cabe todo tu orgullo en unos vasos de plástico? Si piensas en el mar es posible que te orines encima. Cualquier cosa mejor que orinarse encima; los brillos homologados del pestillo industrial, la ranura de la puerta, los textos del extintor, su boquilla lánguida, el higiénico azul de los asientos, sus bordes desgastados, el carraspeo nervioso de los pacientes… si carraspeas es posible que te orines encima. ¿Estás preparado, Luis?

Sí. Cualquier cosa mejor que mirar ese tornillo sobre la falsa madera, porque uno es del tamaño de lo que es capaz de imaginar.

«No he dicho a nadie

que estuve a punto de llorar».

Mi agradecimiento a los todos profesionales de la Sanidad Pública por su dedicación y compromiso cada vez que la salud de todos nosotros ha podido estar comprometida y en particular a los del Servicio de Oncología Radioterápica de Cartagena; sus atenciones y profesionalidad hacen más fáciles y llevaderos estos procesos.

Los entrecomillados corresponden a textos o poemas bastante conocidos de diversos autores memorizados en el transcurso de tantas ‘esperas’.

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