SALUD Y ROCK N ROLL

¿Pidiendo imposibles?

Que la señora consejera de Políticas Sociales se siente frente a las familias de los fallecidos en las residencias de la Región de Murcia y pida perdón por su pésima gestión y dé la cara

Belen Unzurrunzaga

Belen Unzurrunzaga

Se acabó. Si están leyendo esta columna, les doy la enhorabuena, han conseguido superar unas navidades más. No sé a ustedes, pero a mí el cuerpo me pide ensaladas en cantidades industriales y cosas frescas. Nada de dulces navideños, sobras o alcohol... Con el último bocado de roscón se han ido sus majestades los Reyes. Ahora toca recoger los adornos en casa y cambiar los regalos de ese familiar que te pide que el jersey se lo cambies por una camisa o al revés, no falla.

Espero que se hayan portado bien y les hayan traído algún detalle; yo quizás me he pasado pidiéndoles imposibles a sus Majestades, porque me han dejado una nota que dice: «Milagros, a Lourdes». Les voy a contar mis deseos para este año a ver si están de acuerdo con los de Oriente y también piensan que pido imposibles. A Melchor le he pedido que se acaben los recortes en Sanidad, que consigamos tener unas urgencias pediátricas en la ciudad de Murcia. Que la atención primera se refuerce y nuestros médicos de familia tengan tiempo para atender en consulta y visitar en casa a los enfermos dependientes que no se pueden desplazar. También le he pedido a Melchor que hable con quien corresponda para que el servicio de Salud Mental cuente con más profesionales que puedan ayudar a tantas personas que en estos momentos lo están pasando realmente mal, adultos y adolescentes les necesitan. Que llegue el AVE por Albacete y conectemos Madrid con Cartagena. Que dejemos el coche y usemos el transporte público y que haya un servicio de bicis públicas que todos respetemos.

A Gaspar le he pedido que acabe la crispación política, que el Partido Popular deje el populismo de saldo y haga oposición adulta. Que la extrema derecha desaparezca de las instituciones. Que se acabe el ruido, la mentira y los bulos que contaminan. Que digamos adiós a los tránsfugas que tanto daño han hecho a la política de la Región de Murcia y que nunca más ocupen puestos de responsabilidad. Que la señora vicepresidenta y consejera de Políticas Sociales, Mujer, Familias y LGTBI+, se siente frente a las familias de los fallecidos en las residencias de la Región de Murcia y pida perdón por su pésima gestión y dé la cara. Le he pedido también que la Región de Murcia necesita un partido de izquierdas valiente, con proyecto ilusionante, que se preocupe de lo importante y huya de la provocación de sus adversarios. Querido Gaspar, te pido que haya más mujeres en primera línea política; todavía huele demasiado a cerrado en los organigramas del bipartidismo.

Y a ti, Baltasar, te pido que la Región de Murcia no se convierta en la región donde Vox consolide el voto. Que la gente no olvide la importancia de los movimientos sociales: Soterramiento, ILP Mar Menor, y lo que conseguimos gracias a ellos. Danos memoria para no olvidar que unidos podemos con todos los retos que tenemos por delante. Danos paciencia para soportar la campaña electoral eterna en la que vivimos. Y ayúdanos para que la gente entienda que una gestión con menos impuestos sólo nos perjudica en menos servicios públicos de calidad para los ciudadanos. Y por pedir, que les parece una televisión autonómica que nos represente a todos. No sé, llámenme loca.

Quizás me he pasado pidiéndole a sus majestades todo aquello que nosotros mismos deberíamos haber aprendido hace tiempo, pero somos incapaces. Una sociedad sana democráticamente apuesta por la alternancia política, esa que brilla por su ausencia durante más de 26 años en la mejor tierra del mundo, como dicen algunos. Qué poco quieren a su tierra si estando como está consideran que es la mejor. ¿Ahora entienden por qué me han dejado una nota los Reyes Magos diciéndome que pido imposibles?

No me resigno, porque un imposible era que yo me hiciera runner y mientras ustedes leen esta columna de domingo yo correré mi primera carrera de cinco kilómetros por Cáritas en Vistabella. Todo es posible.

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