Pulso Político

Cumplimos nuestro compromiso: el AVE ha llegado soterrado

Pepe Vélez, en la redacción de La Opinión.

Pepe Vélez, en la redacción de La Opinión. / Juan Carlos Caval

Pepe Vélez

Una de las mayores satisfacciones de un servidor público es comprobar de manera real y efectiva el impacto que nuestro trabajo ejerce en la mejora de la calidad de vida de las personas. La llegada de la Alta Velocidad a la ciudad de Murcia, que culmina hoy tras años de esfuerzo y trabajo conjunto, es uno de esos acontecimientos cuya importancia no radica exclusivamente en la magnitud de la infraestructura, que nos conecta a la red ferroviaria nacional y europea con las más altas prestaciones, sino, fundamentalmente, porque llega soterrada y en paz social. 

Y esa es, sin lugar a dudas, una de reflexiones más importantes que conviene realizar hoy, pues el empeño del actual Gobierno de España permitió desactivar un conflicto social enquistado y espoleado gratuitamente por el Gobierno regional y el anterior Ejecutivo nacional del Partido Popular. 

Hoy damos el primer paso para adaptar nuestras infraestructuras ferroviarias a las del siglo XXI, pues la llegada del AVE nos une al Corredor Mediterráneo y nos permite mejorar con trenes de Media Distancia las tradicionales líneas de Cercanías. Pasos iniciales de un ambicioso proyecto que contempla la inversión de más de 3.000 millones de euros. 

Hoy, la ‘isla ferroviaria’ no es más que el eco cansino del Partido Popular, al que seguirán aferrados como prueba irrefutable de que, ante la evidencia de los hechos, su único proyecto político consiste en mantener la tensión social, política y mediática a base de pueriles metáforas que tratan de desvirtuar la realidad. 

Pero la realidad es tozuda, y en este caso, muy gratificante, pues caminar ahora por Santiago el Mayor supone comprobar que el trabajo institucional, al margen de las enormes oportunidades turísticas, económicas y profesionales que acarrea la llegada del AVE, ha servido para coser las costuras de la ciudad de Murcia y superar la fractura provocada por las antiguas líneas de ferrocarril y pasos a nivel que dividían la ciudad. Y también para recompensar a esos vecinos y vecinas que durante cuarenta años han luchado por lo que ahora se demuestra que era una reivindicación más que justa.

No fue una decisión fácil, pero sí valiente y consecuente con nuestra identidad, que sitúa los intereses ciudadanos en el centro de nuestras políticas. Dichas obras, y las que estamos desarrollando de forma paralela, han podido causar ciertas molestias. Hemos pedido y pedimos disculpas por ello, pero se trata de un sacrificio que quedará compensado con creces, como demuestra la llegada a la Región de Murcia de la ansiada Alta Velocidad. 

Esto es solo el principio. La Alta Velocidad seguirá hacia Cartagena y conectará la Región con Andalucía a través de Alcantarilla, Alhama, Totana y Lorca, cuyos tramos están contratados y en ejecución casi en su totalidad. 

La llegada del AVE a Murcia permitirá, igualmente, mejorar la conexión entre Alicante y Murcia, reduciendo el tiempo de viaje y reorganizando la oferta, con un total de 56 servicios frente a las 37 frecuencias de cercanías actuales.

Hoy, una vez más, cumplimos con la palabra dada. El AVE, insisto, llega soterrado y en paz social. Estaba en nuestra mano y lo hemos cumplido. Lamentablemente, no depende de nosotros que el señor López Miras muestre un mínimo de lealtad y respeto institucional y abandone esa estrategia frentista, victimista y electoralista que, sin solución de continuidad, ya crispa el ambiente proclamando que este AVE no es un AVE, protestando por la asistencia a la inauguración del presidente de la Generalitat Valenciana y exigiendo de manera vergonzante que este tren no pare en Elche ni Orihuela.

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