La Opinión de Murcia

La Opinión de Murcia

Lola García

Murcia D. F.

Lola García

Murcia necesita un pacto medioambiental

Todos los partidos de la Glorieta deberían unirse y alcanzar un consenso acerca de proyectos a realizar a medio y largo plazo que saquen a la capital de la Región del pozo de la contaminación en el que se encuentra

Tramo repintado del carril bici de la avenida San Juan de la Cruz de Murcia. ISRAEL SANCHEZ

Arrancadas de caballo y paradas de burro. Esta es la historia de la capital de la Región, cuya situación medioambiental es insostenible, y no por los atascos, la fascinación ciudadana por la automoción, la tala de árboles, las quemas, el enladrillamiento de espacios naturales, los proyectos inconclusos, el poco civismo de sus habitantes o los negativos parámetros que la sitúan como una de las ciudades con peor calidad del aire del país y más contaminada.

La situación es insostenible por la falta de visión de sus administradores, que estando en el gobierno plantean iniciativas que se quedan en papel mojado o se ponen en marcha y luego se olvidan, mientras que cuando están en la oposición parece que solo saben plantear ocurrencias. Léase el túnel que quieren hacer los populares entre el Malecón y el Auditorio, paralelo al río Segura, invadiendo su zona de policía, y pasando por debajo del parking subterráneo de la Glorieta. Una descomunal obra, casi comparable a la del soterramiento de las vías del tren, por su complejidad y su alto coste, y que raya en lo esperpéntico si se tiene en cuenta que el PP aceptó a regañadientes meter bajo tierra el tren. Años y años de obras para hacer realidad una idea que cuando vaya a ser materializada se habrá quedado obsoleta por el devenir de la movilidad urbana que avanza a pasos agigantados hacia otras formas de moverse por parte del ciudadano.

También padecen las autoridades municipales de una corta memoria, algo que demuestran cuando de la oposición pasan al gobierno. Suma y sigue: que si autobús gratis cuando haya problemas de contaminación, que si autobuses ecológicos, que si peatonalización de espacios en el casco urbano y las pedanías, que si decenas de kilómetros de carriles bici, etc. Mucha palabrería para seguir con la modorra institucional en la que lleva instalado desde hace lustros el Ayuntamiento (ha llovido mucho desde que en 2008 el que fuera alcalde Miguel Ángel Cámara firmara el pacto de alcaldes –fue el segundo en rubricarlo tras Madrid- para rebajar las emisiones de CO2).

Ahora se promete el tranvía al barrio del Carmen, e incluso a El Palmar, y una serie de carriles BTR para hacer más atractivo el transporte urbano con una lluvia de millones que vendrán de los fondos Next Generation, unos proyectos que deberán estar terminados en junio de 2023. Una fecha que hará correr a la Administración local. Pero qué pasará después si hay cambio de patrón y marineros en la Glorieta. ¿Seguirán apostando por el tranvía, o volverá el tranvibus? ¿Se financiarán los autobuses rápidos para los carriles BTR? ¿Se hará el área metropolitana, y los carriles bici anunciados? ¿Qué pasará con el nuevo plan de transporte y con los presupuestos participativos y las iniciativas verdes presentadas por los vecinos? Muchos interrogantes que, en el apartado de movilidad sostenible, deberían hacer reflexionar a los representantes ciudadanos para llegar a un pacto que permitiera trazar una estrategia común y compartida por todos. La ciudad de Murcia no puede esperar porque cada vez se aleja más de la sostenibilidad y de lo que debiera ser una ciudad amable, que diría el socialista José Ignacio Gras. Por nadie pase.

CABOS SUELTOS

Relevo en la concejalía de Sanidad

Eduardo González, el jefe de los servicios municipales de Salud, se ha jubilado después de desempeñar ese puesto de trabajo durante lustros en el Ayuntamiento de Murcia. González ha trabajado con distintos concejales y alcaldes a lo largo de los años y era toda una institución en la Administración local, donde ha realizado un trabajo impecable hasta el último momento. Se podía haber jubilado antes, pero la llegada de la pandemia le motivó para seguir al pie del cañón. En esa prolongación de su trabajo, tuvo que vivir días amargos como cuando al entonces concejal de Salud, Felipe Coello, se le acusó de vacunarse saltándose la cola. Esta fue quizá la crisis más impactante de toda su carrera.


Compartir el artículo

stats