Esta vez no se han molestado ni en disimular: con los Presupuestos Generales del Estado, el castigo y el desprecio del Gobierno de Sánchez hacia la Región de Murcia ha alcanzado niveles de auténtico descaro. Ellos, que son expertos en el engaño, la artimaña y el paripé, en esta ocasión ni siquiera han acudido a artificios tales como poner números ficticios sobre partidas imaginarias. Por una vez, han decidido exhibir de manera descarnada su verdadera pretensión, que no es otra abandonar a su suerte al Mar Menor.

Porque lo más sangrante de estos PGE es la falta absoluta de sensibilidad y empatía con el Mar Menor, al que no destinan ni un solo euro, ya que, por mucho que ahora desde el ministerio de la señora Ribera y sus correveidiles, los socialistas murcianos, pretendan hacernos comulgar con ruedas de molino, no hay ninguna partida nominativa que recoja inversiones para actuar en el Mar Menor. El Ejecutivo de Pedro Sánchez ha pasado del plan de vertido cero al presupuesto cero para el Mar Menor.

Queda, por tanto, meridianamente claro que para Pedro Sánchez el Mar Menor tiene exactamente el valor de cero euros. Es un auténtico escándalo, un ninguneo y una burla para todos los murcianos, que asistimos con verdadera impotencia al drama ambiental que sufre el ecosistema. Todavía resuenan los ecos de cuando, allá en 2019, el mismísimo Pedro Sánchez apareciera en carne mortal en Los Alcázares, donde, en plena campaña electoral, prometió poner todos los recursos económicos necesarios para la recuperación del Mar Menor. Hoy, dos años después, sabemos que nos mintió a la cara.

Si el Mar Menor estuviera en Cataluña, las inversiones para poner en marcha el Plan de Vertido Cero serían cuantiosas, pero estos PGE no han nacido para garantizar la igualdad y la solidaridad interterritorial, sino que se han diseñado en función de los intereses partidistas de Sánchez. Son el reflejo de una triste realidad: Sánchez vuelve a beneficiar a sus amigos socialistas y a sus socios, de los que depende su sillón en La Moncloa, pero castiga a comunidades cuyos ciudadanos cometen el pecado de no votarle, como es la nuestra.

Pedro Sánchez, en una nueva vuelta de tuerca a su política de ciego sectarismo, no ha tenido en cuenta ninguna de las reivindicaciones históricas y las demandas irrenunciables de la sociedad civil de la Región, y en el momento más difícil de la recuperación económica tras la pandemia es cuando vuelve a abandonar a los murcianos.

Es lamentable que, haciendo oídos sordos a las demandas de la sociedad murciana, y, tras estos presupuestos decepcionantes, no exista una nueva comisaría de Policía en Alcantarilla, ni el cuartel de la Guardia Civil en Jumilla.

Estas cuentas tampoco responden a las necesidades de la Región de Murcia en materia de infraestructuras, ya que las partidas consignadas son insuficientes y generarán un frenazo en los proyectos ya iniciados y un parón en los pendientes de poner en marcha.

No cabe sino alegrarse por la dotación que se ha consignado para la construcción en el astillero Navantia de Cartagena del submarino S-80, pero cabe hacer constar que esa partida supone nada menos un 47% del total de las inversiones. Quedan en el aire proyectos de infraestructuras irrenunciables como los Arcos Norte y Noroeste de la ciudad de Murcia, la autovía del Reguerón o el tercer carril de la A-7 entre Murcia y Alhama. Tampoco sabemos nada de las cercanías y la Alta Velocidad, en unas cuentas que han dejado de presupuestar hasta un tercio de las infraestructuras ferroviarias previstas.

Estos PGE también demuestran que no existe voluntad por parte del Gobierno de Pedro Sánchez de ejecutar las infraestructuras de la Administración de Justicia en la Región de Murcia. Por desgracia, seguiremos sin Ciudad de la Justicia de Cartagena, a la que solo se va a asignar una ridícula partida de 50.000 euros, y sin el Palacio de la Justicia de Molina de Segura, para el que 300.000 euros son notoriamente insuficientes para avanzar en el proyecto.

Unos presupuestos que, en general, aprietan el bolsillo de los españoles en el peor momento con una subida de 4.000 euros en impuestos, lo que se traduce en más presión fiscal, más gasto improductivo, acompañado de más deuda y déficit público. Desde el Partido Popular ya anunciamos que se enmendarán estos presupuestos injustos, engañosos y dopados, y en defensa de los intereses de una Región de Murcia que es continuamente objeto de los obsesivos ataques de un Gobierno radical y sectario.