Hace unos días, oía en la Ser una entrevista que Paco Sánchez hacía al residente Fernando López Miras. Hablaba del inicio del curso político marcado por la situación ambiental del Mar Menor, y se refería a la reunión con el comisario europeo de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevicius, diciendo cosas como: «Agradezco su voluntad de colaboración con expertos científicos y fondos. Le he pedido la implicación de la UE». Y aparte de culpar a cualquier organismo que no sea de la Comunidad autónoma, claro, de falta de medidas que impidan la entrada de nitratos a la laguna, se refería también a la manifestación prevista para el próximo día 7 de octubre en Murcia, en defensa del Mar Menor, de la que dice que «es una manifestación que parte de razonamientos erróneos. No sé si por ignorancia o de forma intencionada».

Al considerar que «la responsabilidad del estado de la laguna es de muchas Administraciones y esta protesta solo culpa al Gobierno regional», para terminar apuntando que esto es algo equivocado.

Y sobre la Iniciativa Legislativa Popular que pretende dotar al Mar Menor de personalidad jurídica propia, cree que «en el mejor de los casos, se tardará años en dotar al Mar Menor de personalidad jurídica. Eso es no hablar de lo importante, que es salvarlo». Se le olvidó decir que posiblemente ahora no tendríamos necesidad de salvarlo si un Gobierno del Partido Popular no hubiese terminado con la ley de Protección y Armonización de Usos del Mar Menor, que aprobó en 1987 el Gobierno socialista de Carlos Collado con la pretensión de evitar el urbanismo desmedido e impedir los vertidos de la actividad agrícola que se ha mostrado como el peor enemigo de la laguna.

Siempre que oímos al señor López Miras hablar de los problemas que tiene planteados su Gobierno, e invariablemente en sus alocuciones siempre culpa al ‘pregonero’, en este caso al Gobierno central, de la irresolución de los mismos, tenemos la impresión de que se niega a crecer. De que como Peter Pan pertenece a la cultura de aquellos jóvenes, y algunos adultos también, que tienen terror a hacer frente a los problemas.

Lo que ocurre es que el señor López Miras es presidente de esta Comunidad y no puede olvidar que solo haciendo frente a los problemas es cuando el ser humano crece, porque como bien decía Winston Churchill, «el precio de la grandeza es la responsabilidad». Así es que ya va siendo hora de que López Miras ejerza su responsabilidad de presidente de esta Región desde hace más de tres años.

Decir obviedades como «en el Mar Menor no nos va a llevar a ningún sitio hablar de lo que pasó hace 40 o 50 años. Hay un ecosistema gravemente herido y hay que curarlo», no lo deja en muy buen lugar. Que culpe a otros organismos de la desmantelar los regadíos ilegales, de no impedir esos riegos ilegales, es de una cierta impudicia, teniendo en cuenta que, según los expertos, la entrada de agua dulce y cargada con nutrientes y nitratos procedente de la actividad agrícola es la raíz del embolado, y que el Gobierno de Murcia «tiene competencias de sobra para controlarlo y para velar porque se deje de envenenar el Mar Menor» y no ‘diluirlo’ en el Mediterráneo, según manifestó la ministra para la Transición Ecológica en su ultima visita a la Región.

Todas las organizaciones científicas, los colectivos ecologistas, el Gobierno de España y de Europa, han indicado que el único camino para comenzar a solucionar el problema es actuar en origen en el Campo de Cartagena para reducir las aportaciones de nitratos agrícolas, y eso es responsabilidad del Gobierno de López Miras, que debería de leer a George Washington Carver para aprender que «el noventa y nueve por ciento de los fracasos provienen de personas que tienen el hábito de poner excusas». Pues eso.