Los presupuestos de la Región de Murcia, que se someterán a aprobación esta semana, son los más cuantiosos de la historia de nuestra Comunidad y suponen una fuente de esperanza para una región que, poco a poco, empieza a ver la luz al final de este tenebroso túnel en el que nos ha metido la pandemia.

Unos presupuestos que superan los 5.300 millones de euros, un 12,2% más, que tienen un marcado carácter social y que permitirán reforzar los servicios públicos fundamentales, reactivar la economía y ahondar en el cambio de modelo productivo que la sociedad murciana viene demandando.

Un cambio de modelo que debe apoyarse en la transformación digital y la economía verde, en la sostenibilidad y en el fomento de estrategias de producción focalizadas en el respeto ambiental, la economía circular y la descarbonización.

Unos presupuestos que van a destinar ocho de cada diez euros a sanidad, educación y servicios sociales. Más de quince millones de euros diarios serán empleados en atender las necesidades de los habitantes de una región que está sabiendo sobreponerse a la adversidad, gracias al talante de los murcianos y murcianas y al espíritu siempre emprendedor de sus empresarios. Una región joven y dinámica que avanza en la recuperación a mayor ritmo que otras comunidades.

Unos presupuestos que van a permitir que los ciudadanos dispongan de más de 2.300 millones de euros para el ámbito sanitario, un sector que, gracias al denodado esfuerzo de nuestros sanitarios, nos ha permitido mantenernos entre las Comunidades autónomas con menores índices de contagios. Es necesario reforzar el sistema sanitario, garantizando una sanidad pública de calidad y por eso más del 40% del presupuesto regional se dedicará al sector sanitario.

Unos presupuestos que apuestan decididamente por la educación. Sin ninguna duda, el sector de la educación ha sufrido terriblemente los efectos de la pandemia. Docentes y alumnos han tenido que acomodarse a una nueva y desconocida situación que ahora, a las puertas de la finalización del curso académico, podemos decir que han superado con excelente nota.

El modelo de la semipresencialidad ha resultado ser un éxito y las tasas de contagio en los centros educativos han vuelto a ser, gracias a la responsabilidad de padres, alumnos y profesores, de las más bajas del país. El compromiso del Gobierno del presidente López Miras con la educación es claro y se convierte en el segundo sector que más fondos recibe, con una dotación total de 1.588 millones de euros, un 30% del total. Porque una educación pública de calidad, en cohabitación con un sistema eficiente de conciertos educativos, hará de la Región de Murcia un espacio de mayor libertad, más crítico, alejado de adoctrinamientos caducos.

Unos presupuestos que pretenden, aquí, en la Región de Murcia, que nadie se quede atrás. Y que por eso destinan 457 millones para políticas sociales, para atender a nuestros mayores, a personas con discapacidad y a colectivos en riesgo de exclusión y 722 millones para la reactivación económica, con medidas y actuaciones dirigidas a fomentar el crecimiento económico y la creación de empleo.

Unos presupuestos que dedican especial énfasis a la protección del Mar Menor, incrementando en quince millones de euros, hasta llegar a los 55 millones, el total de la inversión dedicada a la protección y recuperación del ecosistema.

Unos presupuestos que ponen en valor la hoja de ruta del Gobierno del presidente López Miras basada en la reducción de impuestos, incorporando nuevas desgravaciones que van a permitir este año que más de cuatrocientos millones de euros se queden en los bolsillos de los ciudadanos y centrada, sobre todo, en la consolidación del espacio de libertad económica impulsado por el Partido Popular.

La historia nos dice que el progreso ha sido sustancialmente mayor en aquellos lugares donde se ha promovido la libertad económica y ese debe ser el camino a seguir. Huir de intervencionismos, blindar los servicios básicos, generar seguridad jurídica, fomentar el emprendimiento, la innovación y la sostenibilidad nos ha de llevar, indefectiblemente, hacia una sociedad más igualitaria, más participativa, más moderna, más abierta y, en definitiva, más justa.

Por eso, estos presupuestos regionales, que nos ponen en camino hacia una sociedad más justa, son los presupuestos para la esperanza.