Han sido unas elecciones de perdedores. Más que de ganadores. Creo yo. Más puntúan en su baremo de fracaso los perdedores que los victoriosos en su baremo de ganar. En primer lugar, ha perdido una idea: Vox es fascismo. Esa idea no ha sido ‘vendida’, nadie la ha comprado. Fascismo es palabra desusada ya, aparcada en la Historia. Suena a gasógeno, brillantina, «usted no sabe con quién está hablando», Manolete y Radio España Independiente. Ya me entienden. Sí hay derecha auténtica, que es, claro está, Vox. Fascismo en España hoy es el partido falangista de la hija de Almudena Grandes. Y nada más.

Bien, tras la idea, a la que supongo obra de Pablo Iglesias, ha perdido, sin paliativos, Pedro Sánchez. El electorado madrileño, y en bastante medida el español, ha reprobado el sanchismo, que es aliarse con Podemos, que sí que es el comunismo. Los votos perdidos de Sánchez han ido a parar a Más Madrid, que ya abominó de Iglesias. Y Pedro Sánchez tuvo el feo gesto de abandonar la campaña, en cuanto que vio que el PSOE perdía las elecciones. Mentiroso antes y cobarde ahora. Tras la desdichada elección de Gabilondo, tuvo la felonía de dejarle solo ante el peligro. Y Gabilondo entonces es perdedor subsidiario de Sánchez. Eso te pasa por irte con los ‘sordaos’. que se dice en español popular.

El segundo que pierde es Pablo Iglesias. Si Ciudadanos llega a obtener representación, UP se queda en la calle. Su irrupción en las elecciones al grito de «¡apartaos, que arraso!», se ha quedado en el parto de los montes. Iglesias ya es historia; ni siquiera Historia. Fulgió y se extinguió. Su guerracivilismo lo llevó al exilio político, si, como ha dejado dicho por ahí, se va de la política. Roures le ayudará a pagar el chaletazo, y, en su caso, la pensión debida a sus ocupantes, que no okupas.

Bueno, el pobre de Edmundo Bal ni consigue el nivel suficiente para figurar en el bando de los perdedores. Desde su intento de felonía murciana, Ciudadanos había perdido todo prestigio ideológico. Su resultado es la crónica de una muerte anunciada. La felonía no se paga en España. Han hundido al centro para mucho tiempo.

Otra idea que muere es el pluripartidismo que sucedió al bipartidismo. Efímera vida. Ahora tenemos la política de bloques. El 2D vs 3I. Por ahora resuelto en hegemonía del PP, contra minoría de la pluri-izquierda. Abascal se ha equivocado al llamar a los perdedores Frente Popular. Da pie a que llamen fascista a su opción.

Y, disiento de todo lo que he oído hasta ahora: esto sí es extrapolable a España, si se sabe hacer.

Insisto, si se sabe hacer.