La algarabía y el cava por haber logrado la alcaldía de Murcia tras 26 años de reinado popular ya se ha pasado y ahora, como dice la expresión popular, llega ‘el tío Paco con las rebajas’ o el‘qué hay de lo mío’. En otras palabras. hay que ponerse a trabajar sin tregua ni descanso como si el Ayuntamiento de Murcia fuera un servicio de Urgencias de un hospital. Al nuevo regidor capitalino, José Antonio Serrano, esto le sonará porque viene precisamente del sector sanitario y de la puerta de Urgencias del Morales Meseguer. Mucha faena para los dos años que quedan antes de las elecciones de 2023, donde el PSOE se la juega y definitivamente comprobará si el bastón de mando es flor de un día o puede enfilar una nueva legislatura. De momento, eso se queda en el cajón de los enigmas.

Muchos son los temas a abordar para el nuevo Gobierno local, algunos de ellos perentorios y que no tienen una fácil solución. Además, los más cruciales dependen de otras administraciones con las que, a veces, no será fácil entenderse. Y tampoco es garantía que el Gobierno de España, que debe mandar una montaña de euros a los ayuntamientos para paliar la pandemia, esté en manos del mismo partido que la Alcaldía de Murcia.

Si se revisan las hemerotecas se advertirá que las relaciones siempre son complicadas con instituciones que no tienen trato directo con los ciudadanos y que no suelen empatizar con alcaldes y concejales cuando estos los visitan en sus despachos-atalayas. Solo ven plañideras, políticos que van a pedir y a quejarse de la mala gestión de esto y de aquello.

CÓMO SERÁ ESTE ‘MATRIMONIO’. Es la pregunta del millón. ¿Acabará Serrano como José Ballesta con respecto a Mario Gómez que, por fin, será vicealcalde? La respuesta es sencilla. Se llevarán bien por el carácter afable y tranquilo del nuevo regidor que, de momento, se ve arropado por el líder local de Cs. Otro punto a favor de este matrimonio es que los socialistas tienen bastante experiencia en gobiernos de coalición en el Ayuntamiento de Murcia, El primer regidor socialista que tuvo la ciudad, José María Aroca, se coaligó con el Partido Comunista y tuvo dos concejales del PCE. El segundo regidor socialista de la historia en la Alcaldía. Antonio Bódalo, ganó por mayoría absoluta (el único socialista que ha logrado esa proeza en el municipio de Murcia) y, aunque no necesitaba al PCE, le dio la concejalía de Tráfico a un edil de ese partido, restándosela a su grupo, para que continuara el trabajo realizado por su antecesor, el entonces edil comunista Pedro Antonio Ríos. Un gesto muy generoso que hoy día sería impensable pese a que a todos se les llena la boca con el amor a Murcia y el bien común. El peligro del gobierno actual de coalición no está en las dos cabezas visibles. Está en el cuerpo de esa bicefalia, es decir, en cómo se llevarán entre sí el resto de concejales. Y algo mucho más importante: cómo será la relación con las direcciones regionales de los partidos. Los líderes regionales de PSOE y de Cs podrían tener tentaciones. Cuáles. Meter la uña en el nuevo gobierno y querer ser los protagonistas en la sombra.

QUÉ HARÁ LA OPOSICIÓN. Es otro de los factores en esta ecuación. Podemos, tal y como viene diciendo, sólo hablará de programa y seguramente pondrá encima de la mesa prioridades que considera de vital necesidad. El portavoz morado , Ginés Ruiz, en su discurso de la moción de censura, ya dio pistas: escuelas infantiles, salas de estudio, mejoras del transporte, Conexión Sur...De momento, esto a Serrano y Gómez no les preocupa porque han aprobado con ellos distintas mociones que fueron metidas en el cajón por los populares y que puede ser la base del entendimiento. Más complicado lo tienen con el grupo popular, que hará de oposición desde 1995. El PP no está acostumbrado a ser segundón y ya está perfilando su estrategia. Seguirá rentabilizando su gestión de los últimos años en la esfera pública y en la Glorieta no le pondrá las cosas fáciles al Gobierno de coalición. Además, hará todo lo posible para estimular a las masas para que lleven sus reivindicaciones a la misma puerta de la casa consistorial. Tampoco le echará un cable a Serrano y Gómez el grupo de Vox, pese a que la relación con ambos es cordial. José Ángel Antelo y su equipo se han convertido en los defensores, entre otros, de los hosteleros, que son una china en el zapato en este momento de pandemia porque reivindican la apertura sin restricciones de sus establecimientos. Y ahora llegan las fiestas. A ver qué pasa con este colectivo en días señalados como el Bando de la Huerta (festivo).

¿Y LOS FUNCIONARIOS? El Ayuntamiento tiene casi tres mil empleados municipales entre funcionarios y contratados y la relación con este colectivo fue para el PP muy conflictiva al principio de los seis años en los que ha estado Ballesta. Sin embargo, con el tiempo han sabido entenderse. Es más, estaban a punto de lograr que el Ayuntamiento les pagara la carrera profesional, una reivindicación importante que deberá ser negociada con el nuevo Gobierno de coalición. Pueden saltar chispas en esa negociación si los funcionarios se ponen el mundo por montera y deciden pasar a la acción. A Ballesta le pusieron un actor que iba detrás de él, como si fuera su ‘alter ego’,. El alcalde ‘Pepe Pinocho’ no llegó a ser tan popular como el verdadero regidor porque su actuación duró poco. Enseguida hubo acuerdos importantes. Otro matiz a tener en cuenta en la relación con los funcionarios es el de los cambios que se realizarán para modificar la estructura de la Administración local, tal y como, quiere, sobre todo, Mario Gómez. Habrá damnificados en esos relevos aunque aún esta por ver si hay voluntarios dentro del cuerpo funcionarial para servir al nuevo Gobierno por el riesgo que entraña: un puesto para dos años y luego qué. No está en la naturaleza del funcionario correr riesgos y colocarse en posiciones inestables.

LOS RETOS. Y si no fuera suficiente con lidiar con el interno de los partidos, la oposición y los funcionarios, el nuevo Gobierno deberá deglutir los retos que tiene este municipio, empezando por el transporte público y la movilidad sostenible, una asignatura pendiente que ha pasado a convertirse en un problema endémico de difícil solución. Haría falta mucho dinero, mucha voluntad y coordinación con la Comunidad Autónoma. Pobre del concejal al que carguen con esta responsabilidad. Tampoco es moco de pavo la reforma del Plan General de Ordenación Urbana, la recuperación de yacimientos y restos arqueológicos, las quemas, la necesidad de hacer pedagogía ciudadana, el desarrollo del clúster medioambiental, la construcción de infraestructuras sociales y sostenibles, el Plan Hidráulico del Norte, etc, Por nadie pase.