La LOMLOE, conocida también como Ley Celaá, está en el centro del huracán político. Estoy de acuerdo con lo que algunas personalidades manifiestan que es una pena de que en España no haya un gran acuerdo de Estado para la elaboración de una Ley de Educación que traspase los partidos. Esto es una asignatura pendiente.

Me voy a detener en el asunto de las clases de religión en los centros educativos. Hay posturas muy encontradas, una la de aquellos grupos católicos más conservadores y otra la de los laicistas. Pienso que hay que abordar el tema con seriedad y sin apasionamiento. Desde la transición la clase de religión ha sido una asignatura optativa, tanto en gobiernos de derecha como de izquierda. Ahora bien, en un estado democrático y aconfesional, como es el caso de España, la asignatura de Religión católica tal como está establecida, considero que no debe incluirse en el currículum académico. La escuela no es el lugar de evangelización sino la comunidad cristiana y la parroquia.

Sin embargo, sí considero clave que los niños, niñas y adolescentes conozcan el Hecho Religioso, que es la historia de la humanidad en busca de lo trascendente y el conocimiento de las distintas confesiones.

Es por eso que pienso que la asignatura del Hecho Religioso debe incluirse como materia curricular evaluable, tan obligatoria como las matemáticas, las ciencias o la lengua, para todos los alumnos y alumnas sean creyentes o no creyentes, católicos o de cualquier otra confesión religiosa.

El Hecho Religioso es patrimonio de la humanidad y forma parte importante de su historia y de su cultura, por lo cual todo alumno y alumna deben conocer y estudiar este fenómeno. Lo cual exige hacer énfasis en la historia de las religiones y en la dimensión ética de cada una de ellas. Esta asignatura contribuiría al desarrollo del diálogo intercultural e interreligioso y al respeto que se merece cada tradición religiosa.

Es, asimismo, importante que los alumnos y alumnas conozcan las similitudes y diferencias existentes entre las distintas creencias religiosas: budismo, hinduismo, islam, fe Bahai y el cristianismo con su diversidad de iglesias (católica, ortodoxa, anglicana, luterana, calvinista, bautista, metodista?).

La gran sorpresa dentro del aula será la armonía respetuosa entre alumnos cristianos, musulmanes, judíos y de tradiciones orientales e incluso agnósticos o indiferentes religiosos. La paz que el mundo necesita comienza por la paz entre las distintas religiones y culturas, que implica conocimiento, tolerancia y respeto.

No se puede dejar esta formación, como algunos gritan en las calles, solo a los padres de familia, pues los hay que viven ignorando las tradiciones religiosas y esa desinformación se proyectaría en los hijos. La asignatura del Hecho Religioso ayudará a que la niñez y juventud delibere conscientemente sobre su opción frente a las distintas creencias o no creencias. Para ello se requiere de un profesorado serio, bien capacitado, imparcial, crítico y sin afán de proselitismo.

Por lo tanto, en todos los centros educativos, sean públicos, privados o concertados, debería incluirse la asignatura del Hecho Religioso, lo cual exige en primer lugar una reforma de la Constitución Española, artículo 27 inciso 3, y en segundo lugar una revisión de los acuerdos entre el Estado Español y la Santa Sede de 1979.

Los tiempos actuales están exigiendo cambios audaces en aras a la creación una sociedad más humana, crítica, dialogante, plural y respetuosa con la diversidad.