Tras el guirigay armado en todo el país por el no viaje del Rey a Barcelona a la entrega de despachos de los jueces, y el lío formado en la prensa, en el Parlamento, y en las redes sociales, donde se han incrementado notablemente los grupos de apoyo a la monarquía española, el anuncio de que Felipe VI y Pedro Sánchez estarán juntos, el próximo viernes, en Cataluña para la entrega de premios de la Barcelona New Economy Week, me hace pensar que, por fortuna, la racionalidad se ha impuesto en las relaciones entre la Jefatura de Estado y el Gobierno, como no podía ser de otra manera. Porque si no tenía mucho sentido que el Rey no pudiera viajar a Barcelona, por no se qué de una cierta inseguridad (no conozco ningún otro caso en que el Jefe del Estado tenga que evitar viajar a uno de sus territorios), menos lo tiene que la imagen de las dos máximas autoridades del país no se hayan visto reflejadas, juntas, en los últimos tiempos porque, también al parecer, los despachos habituales entre el presidente del Gobierno y el Rey, como Jefe de Estado, tal y como era costumbre, habían dejado de realizarse.

Es cierto que han sido tiempos difíciles, lo continúan siendo, y quizás todo lo que está pasando obligara a dilatar esas reuniones. Se nos podrá decir, también, que ahora hay maneras de realizar encuentros de forma telemática, pero la foto del Jefe del Estado, y del presidente del Gobierno, juntos, durante alguna de esas regiones, tranquilizaría mucho a muchos ciudadanos que no comprenden ciertas cosas que han ocurrido en los últimos tiempos. Exactamente, desde la entrada en el Gobierno de Podemos, y el trato que, desde algunos de los ministerios de su competencia se le ha tributado al Jefe del Estado.

Quizá, y sin quizá, esa actitud de los componentes de Podemos (excepción de la ministra de Trabajo, que está demostrando que es la única con 'sabe estar' de ese partido) ha podido arrastrar a otros miembros del gabinete que se han encontrado, muchas veces, 'entre la espada y la pared', a la hora de hablar de esos acontecimientos, ante el dilema de no dejar (permítanme esta licencia) 'con el culo al aire' a sus compañeros de gabinete, y a la vez respetar la figura del Rey, consiguiendo con todo ello sembrar una cierta inquietud en muchos ciudadanos que no sabían a qué atenerse con este circo, inimaginable en otras monarquías parlamentarias europeas.

Pero, al parecer, nosotros somos especiales, y nos permitimos estas cosas de sainete que hablan de la inmadurez de algunos que ocupan altos puestos de responsabilidad.

Por todo ello, tranquiliza bastante que desde Moncloa se haya anunciado que el Rey, Felipe VI, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, viajarán este próximo viernes a Barcelona para participar en el acto de entrega de premios de la nueva edición de BNEW, Barcelona New Economic Week, habiendo comunicado, también que será el propio Felipe VI quien presida el acto. Un acontecimiento centrado, entre otras cosas, en sectores como la industria digital, la logística y el comercio digital, y que comparten el mismo objetivo: la Nueva Economía.

Al parecer, tras la entrega de premios, Felipe VI y Pedro Sánchez visitarán también juntos la start-up 3D Factory Incubator, con motivo de cumplirse el primer año de vida en la Zona Franca de Barcelona. Un acontecimiento a celebrar por parte de nuestros gobernantes por lo que tiene de entrada en una normalidad que, teníamos la impresión, llevaba camino de perderse.

Un país con tantos problemas económicos y de salud como el nuestro no puede gastar sus esfuerzos en disquisiciones que no tienen sentido, y que a nada conducen, solo a sembrar desasosiego en una sociedad ya bastante preocupada.

Así es que bienvenidos a la normalidad que esperemos dure por el bien de este país.