Vidaña siempre contaba que cuando llegó a Murcia para jugar al fútbol no sabía usar las botas de tacos que le regalaron en el club. Quizás por aquella confianza en él nunca dejó el club que le hizo futbolista desde los 16 años. Capitán Vidaña. No ha habido otro jugador como él en la historia del Real Murcia. El auténtico One Club Man pimentonero. Cuando hace unos años le pedí el favor de participar en un spot con el que levantar el ánimo de la ciudad para el play off de ascenso a Segunda, no dudó un segundo. No sólo eso, me ayudó a reclutar a Manu Nuñez y a Pérez García. Aquel día le conocí. Rodamos varias tomas. Pepe Vidaña recorría la calle del Arenal que une la Plaza de Belluga con la Glorieta de España, recibía el balón de Gabi Correa y la ponía para David Karanka ya desde la esquina del jardín, hacia la Gran Vía, en una jugada única que, según me dijo, le hizo sentir lo mismo que en La Condomina durante unos segundos, muchos años después. «Se siente Murcia dentro y eso es inexplicable».

Afable y elegante. Así era Pepe Vidaña en las distancias cortas y también en el campo. Un central atípico para su época, con una capacidad para asistir que muy pocos centrales han tenido en el fútbol español. Uno de los mejores de la historia del Real Murcia, seguro. Y el jugador de fútbol que más ha vestido la camiseta grana en Primera División. Van a pasar algunos años hasta que alguien le arrebate este récord. Y aún así, lo mantendrá porque no ha habido otro como él. Un jugador que sólo ha jugado aquí, por los colores pimentoneros, y tuvo ofertas importantes. Valencia, Betis, Español? Pero aquí siguió. Un Totti almeriense hecho murciano y murcianista, que representaba al club que todo el murcianismo siente en potencia como grande, desde que se retiró y siempre. En otra historia futbolera muy cercana Pepe Vidaña tendría una estatua, una calle, un recuerdo eterno en el estadio.

Lo que tiene seguro es el cariño eterno de varias generaciones de seguidores granas y futboleros varios, porque los jugadores que son One Club Man son reconocidos y respetados en todos los sitios donde el fútbol ha sido más que fútbol y son muchos. Se está quedando una alineación en el cielo para que nuestro don José Rico arme un equipazo ahí arriba que ya quisieran Setienes y Zidanes. Forman parte de su historia, dice el himno de nuestro centenario, que como todo en este club, queda a medio camino entre el mito del fútbol y el tener la sensación de que todo ha sido un gol injusto en el último minuto.

Gracias por todo, Pepe. Solo hay un Vidaña, y está en nuestro corazón. Vale.