Si en política medioambiental el Gobierno de López Miras tendría imposible el aprobado, en materia de vivienda suspendería con rotundidad. Al incumplimiento sistemático de la ley de Vivienda regional y su incomprensible negativa a desarrollar el necesario reglamento para su desarrollo (que raya en la prevaricación), se unen ahora la eliminación de controles ambientales para favorecer el desarrollismo urbanístico depredador, vía decreto-ley, y su lentitud en la gestión de las ayudas al alquiler de vivienda habitual destinadas a colectivos vulnerables por efecto de la pandemia.

Se trata de una medida aprobada por el Gobierno central el 31 de marzo que incluía, además, la autorización de la transferencia inmediata de los fondos pendientes del Plan Estatal de Vivienda para 2020 a las Comunidades autónomas (346,6 millones más otros cien del Fondo de Contingencia).

Su gestión, no obstante, corresponde a las Comunidades autónomas. Así, trece de ellas ya aprobaron la convocatoria para solicitar las ayudas, dos lo harán esta semana y solo La Rioja y Murcia siguen pendientes 'sine die',. Y la cosa puede ir para largo, a pesar de ser ayudas imprescindibles para muchas familias y autónomos que se han visto, en esta crisis, ante la imposibilidad de afrontar al pago del alquiler de su vivienda habitual o del local de su empresa, y a tenor del antecedente de la gestión de las, todavía pendientes, ayudas al alquiler correspondientes a 2018 y 2019.

Se trata de ayudas directas a los beneficiarios que pueden llegar hasta 900 euros/mes y al 100% de la renta del alquiler durante un periodo de seis meses, según la orden del Ministerio, y que el Gobierno murciano va a limitar a un máximo de 500 euros; otras Comunidades, sin embargo, han establecido límites de entre 600 y los 900 euros previstos en la normativa ministerial.

Al contrario que en otras Comunidades, nuestro Gobierno regional no va a aportar fondos propios adicionales a esta medida, destinando sólo la mitad de los transferidos por el Estado (20,5 millones) para esta finalidad, cantidad que se antoja insuficiente dado el impacto tan intenso de la pandemia en la economía de la Región.

Este, y la tramitación de ERTEs, son ejemplos de la capacidad mostrada por López Miras en la gestión de esta crisis: ante la incapacidad de aportar fondos propios que complementen las medidas aprobadas por otras Administraciones, al menos, debería gestionar eficazmente los fondos ajenos.

Ni eso.