La tarde del pasado sábado en la sede regional de Ciudadanos en Centrofama debió ser gloriosa. Discusión a grito pelado entre el presidente de la Asamblea Regional, Alberto Castillo, y la vicepresidenta del Gobierno, Isabel Franco. A cuenta de la candidatura a la dirección general de RTVM. Franco tenía por candidata a la redactora de Onda Regional Marta Ferrero, y Castillo se presentó con una opción que decía 'consensuada' en el interior del partido: Mariano Caballero, exdirector de La Verdad y actual propietario de una agencia de comunicación. A grito pelado. Hay fuentes que aseguran que Franco amenazó con abandonar todos sus cargos al ser suplantada en su calidad de secretaria de Comunicación de Ciudadanos; otras desmienten que la sangre llegara a ese río. Pero, en efecto, Castillo contaba con la aceptación del resto de miembros del sanedrín directivo, unos presenciales y otros por delegación, como el caso de la portavoz del Gobierno, Martínez Vidal. Mientras tanto, en el PP, partido al que correspondería formalmente plantear la propuesta a la Asamblea (las competencias sobre la radiotelevisión autonómica están adscritas a la consejería de Hacienda, bajo su mando en el Gobierno de coalición) había sugerido el nombre de otro redactor de la Onda, Luis Belló, a quien se le habían transmitido todos los parabienes.

El pulso se resolvió a favor de Castillo, de manera que Ciudadanos registró ayer su propuesta para el nombramiento de Caballero a fin de que sea aprobada por el pleno de mañana. A pesar de que distintos altos cargos del PP habían asegurado a Belló que apostaban por él, cabe la posibilidad de que el Grupo Popular acepte la propuesta de Ciudadanos, pues el nombre de Mariano Caballero ya fue manejado para esa función al inicio de la anterior legislatura por el entonces presidente, Pedro Antonio Sánchez, aunque la oposición tripartita en ese periodo (PSOE, Podemos y Ciudadanos) se decidiera, contra el deseo del Gobierno, por el catedrático Juan Miguel Aguado, que ahora será sustituido.

Al final va a resultar que Ciudadanos, dando a entender que la propuesta es suya, coincidirá con la que el PP mantenía aplazada desde 2015. O lo que es lo mismo: Castillo propone a quien anteriormente pretendía el PP y cuyo nombramiento se vio frustrado entonces por la alianza parlamentaria de Ciudadanos con el resto de la oposición.

Sin embargo, en el sector del PP que apoya a Belló se asegura que «el Grupo Popular posiblemente no vote la propuesta de Cs» y algún portavoz de Vox afirmaba ayer que «nos lo tenemos que pensar». Sería extraño que esto ocurriera, a la vista de que Cs ha puesto al PP en bandeja el nombramiento deseado por éste desde la anterior legislatura.

Alberto Castillo, que integró la lista autonómica de Ciudadanos como independiente, no se resigna, al parecer, a hacer de reina madre en la Mesa de la Asamblea, y aspira a tomar decisiones en la dirección de Ciudadanos, a cuya cúpula ni siquiera pertenece. No es la primera vez que choca con Isabel Franco, secretaria de Comunicación, porque entiende que «yo sé manejarme muy bien con mis compañeros de los medios de comunicación». La frase favorita de Castillo es: «Soy la segunda autoridad de la Región», de ahí que sufra celillos porque no se le permitió acompañar a los reyes de España en su reciente visita a la Región, como tampoco fue reclamado cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, había hecho lo propio algún tiempo antes con motivo de la DANA. Parece que tampoco está muy contento por haber sido excluido de la foto con Albert Rivera en la visita relámpago que éste hizo a la zona afectada en la que solo apareció acompañado de Isabel Franco (al parecer, también estaba invitada la portavoz del Gobierno, Martínez Vidal, pero ésta, aseguran en Ciudadanos, 'se perdió' en el trayecto y no llegó a tiempo).

Castillo no solo quiere representar. Aspira a mandar. Y para esto se ha alineado con Valle Miguélez, equivalente a secretaria de Organización y quien lo fichó para las listas; con el portavoz parlamentario Juan José Molina, y con la portavoz del Gobierno, Martínez Vidal. Mientras éstos mantienen la discreción, Castillo se revela como el 'hombre de acción' frente a Isabel Franco, muy mediatizada por ese sector.

Franco y Martínez Vidal asistieron hace unos días en Madrid al mitin de inicio de campaña de Albert Rivera (tampoco en ese acto tuvo presencia Castillo), y ambas almorzaron juntas en un restaurante de Atocha acompañando a la portavoz del partido en Castilla-La Mancha, Carmen Picazo. No consta que hablaran de sus diferencias frente a una tercera dirigente de Ciudadanos, entre otras cosas porque en el partido niegan que tales diferencias existan: «Entre Isabel y Ana no hay conflicto; lo que no hay es feeling, lo cual no significa que la falta de empatía personal deba concluir en conflicto». Pero para eso parece estar Alberto Castillo, para subrayar aquellas cuestiones que permanecen discretamente obviadas y provocar la bulla que, junto a su protagonismo incontenido, acabe dando lugar a conflictos internos indeseados sobre todo en un momento crítico para ese partido como el que se prevé en las próximas fechas a la vista de las catastróficas previsiones electorales.

Lo cierto es que, como ya advertí el pasado domingo, la crisis de liderazgo regional de Ciudadanos (diseñada desde Madrid para que todo deba consultarse y aprobarse con el beneplácito de la dirección nacional) está provocando de nuevo convulsiones internas de impredecible consecuencia en la organización. El pulso, a grito pelado, por la dirección de la radiotelevisión autonómica, de momento, lo ha ganado Alberto Castillo. Y algo puede estar a punto de pasar.