Todo pasa y todo termina, y las fiestas navideñas no iban a ser menos. Bien es cierto que muchos hemos acabado algo cansados de tanto evento, quedada, reencuentro, comida, merienda, cena, fiesta€, pero creo que no deja de ser maravilloso. Yo quiero para la próxima Navidad lo mismo. Quiero una llamada en la que desde el otro lado me digan que qué ganas de que nos veamos y que me desean lo mejor; quiero tener que mirar el calendario para poder organizar las comidas con todos aquellos a los que quiero; quiero disfrutar de una buena sobremesa; quiero bailar y reír; quiero tener que hacer cuentas para poder comprar regalos; quiero acompañar a mi madre al súper para que la noche de Nochebuena no falte nada.

Quiero hacer fotocopias de décimos de la Lotería y hacer cuentas para ver qué nos toca a cada uno en caso de ganar el Gordo; quiero el soniquete de «miiiiil eeeeeeuuuros» mientras me tomo un café caliente; quiero abrigarme e ir de paseo con mi sobrino y ver las caras de los niños emocionados cuando ven una luz o un globo; quiero levantar la voz en una mesa decorada rematadamente bonita para que me oiga mi hermano que está en la otra punta; quiero que estemos todos; quiero reír con compañeros de trabajo durante una comida en la que los ordenadores, las reuniones y la seriedad se abandonan por unas horas.

Quiero estar en la cocina de casa de mis padres preparando aperitivos; quiero que suene la música; quiero discusiones navideñas que terminan con risas; quiero pasar ese ratico con brasero y en la mesa una bandeja de turrones y polvorones; quiero quitar las pepitas a las uvas mientras esperamos que lleguen las campanadas; quiero abrazarme a los míos y desearle todo lo mejor; quiero ese vídeo de mis padres bailando en su salón el 'Danubio Azul' el día de Año Nuevo.

Quiero esperar al día 5 para llevar la carta de los Reyes Magos; quiero las prisas por las tiendas de la ciudad; quiero sonreír y pasar frío en la Cabalgata, mientras alucino con las caras y los chillidos de un niño que le dice a Baltasar «¡¡¡¡eres mi rey favorito!!!!»; quiero seguir viendo la inocencia en sus ojos; quiero la ilusión de saber que has elegido un regalo que hará feliz por un momento o por mucho tiempo a alguien; quiero que me regalen; quiero abrir regalos y que el salón de casa quede inundado de papel de regalo; quiero desayunar chocolate con roscón.

Quiero que vuelvan a pasar las fechas navideñas, que pasen muchos años, porque eso significará que tengo a los míos junto a mí y que habrá motivos por los que celebrar. Quiero que todo el mundo pudiera reunirse; quiero que todo el mundo pudiera disfrutar de los suyos; quiero que el espíritu navideño se mantenga, aunque estemos a 20 de agosto. Quiero.