López Miras anda como pollo sin cabeza. Desnortado, perdido, descolocado. No hay más que ver cómo se busca y reivindica desesperadamente en la confrontación machacona con el Gobierno de la nación, agarrándose a ese clavo ardiendo llamado AVE que lo está abrasando. Se le fue el tren, que le birló Conesa, y ahí está en la estación, descompuesto, lloriqueando y diciéndoles a los que todavía lo quieren oír que ese juguete era suyo y se lo han robado.

Hay que reconocer que el ministro Ábalos, el de Fomento, le ha tomado bien la medida y lo lleva a maltraer. No hubo, además, color entre ambos en la conmemoración del treinta aniversario de este periódico. Un magnífico acto, por cierto. El ministro estuvo institucional y cortés; Miras, rollero, y si me apuran mitinero. Así fue, al menos, como lo percibimos algunos de los que andábamos por ahí.

Si algo vio claro Ábalos el mismo día que tomó posesión es que el AVE tenía que llegar a Murcia, atendiendo la reivindicación histórica de los vecinos y el sentir mayoritario de los murcianos, soterrado, aunque tardara unos meses más. ¿Mérito de Conesa? El caso es que si este ministro cumple su palabra, y todo apunta a que las obras avanzan a buen ritmo, habrá hecho más por los murcianos que toda una 'catelfa' de gobernantes locales que no han escatimado engaños en busca de réditos electorales.

La simple puesta en funcionamiento de un tren híbrido que nos conecta con Madrid por Cieza en tres horas y media, y que serán tres cuando esté acabada a final de año la variante de Camarillas, ya merece el primer aplauso. Algo que el PP podía haber hecho hace años y que no hizo porque buscaba más la foto partidista que la defensa de los intereses de la Región.

Y puesto que del AVE ya queda poco que rascar, Miras intenta ahora aferrarse a otro clavo: el corredor mediterráneo. «Se ha parado», dice el jefe del Ejecutivo, «a la altura de Orihuela y se ha iniciado en Almería, saltándose la Región de Murcia». Hay declaraciones que piden una análisis que va más allá del puramente lingüístico o político. Y esta es una de ellas. ¿Qué harán entonces los mercancías cuando lleguen a las puertas de nuestra Comunidad? ¿Volatilizarse para volver a aparecer en Andalucía? Eso, cuando Adif, por boca del ministro, ya había anunciado ante más de mil empresarios la licitación de tres tramos Murcia-Almería.

Pero qué se puede esperar de un gobernante puesto a dedo por unos expresidentes que fueron incapaces de conseguir una mejor financiación para la Región cuando gobernaba Rajoy en Madrid y cuyo partido intenta bloquear ahora unos presupuestos que prevén más recursos económicos (pactados con la UE) para las arcas regionales.

Estamos entre las cinco Comunidades que han aumentado peligrosamente la deuda pero Miras sigue fanfarroneando de que va a bajar los impuestos. Los vecinos celebran la llegada del AVE soterrado, pero Miras sigue añorando que no llegue en superficie. Las encuestas del CIS lo ponen contra las cuerdas y él se las toma a guasa. Otros por menos se han quedado 'compuestos y sin novia'.