La mayoría de los candidatos del PP a las alcaldías de la Región están ya proclamados. Quedarán menos de media docena, y solo alguno de localidades importantes, como Torre Pacheco. Y Murcia, la capital de la Región, epicentro electoral decisivo en el conjunto. José Ballesta todavía no ha suspirado. Ni sí ni no. No consta que desde la dirección del partido le hayan presionado para que vaya tomando la decisión, pero el silencio también puede ser significativo. Entre otros efectos, el silencio juega en su contra, y es que prorrogar la incertidumbre sobre su continuidad puede conducir a la sospecha de que no se decidirá hasta no percibir síntomas claros de que ganará. O apurará los tiempos para negociar con el partido una lista a su medida. Pero convertirse en la excepción puede acarrearle problemas de imagen, pues muchos pueden interpretar que Ballesta no estaría convencido del rédito de la inversión en su candidatura del capital acumulado por su gestión ante el riesgo de que el PP pudiera ser superado por Ciudadanos o por cualquier conglomerado alternativo. En el PP dicen que prefieren la continuidad de Ballesta. Pero también hay quienes aseguran que López Miras tiene previsto un Plan B en caso de una espantada del actual alcalde: Adela Martínez-Cachá.