La alfombra de mi cuarto siempre era verde y de pelo corto. Al poco de estrenarla ya se podían percibir las zonas de área, quemadas, gastadas, como si hubiera más barro que césped. Con cartulinas hacía los anuncios de Fuji Film, Coca Cola, Kodak€ y con una hoja de libreta colgaba de algún fondo la mítica pancarta ´John 3:16´. La ventana abierta del piso doce dejaba pasar la luz adecuada para que el verde brillara como en las televisiones, y sobre el tapete, equipos de cromos, clicks, chapas o botones. Casi siempre cromos, que era lo más sencillo. Tener todos los equipos de la colección para poder jugar todos los partidos del Mundial.

Una pelota de papel de aluminio, y porterías hechas con cuatro pinzas o con cajas de zapatos recortadas. Los cromos se iban pasando la pelota de uno a otro sobre la alfombra, acostados, aprovechando su contorno y si la pelota caía encima, podían coger una volea perfecta. Pases, cortes, tirazos, paradones€ Y todo apuntado en una libreta mientras lo retransmitíamos. Y ya podían pasar las horas. Recuerdo dolores de cuello y cintura por las posturas encogido salvando el campo para no estropear el montaje mientras jugábamos. Hacíamos hasta un sistema de repetición de la jugada que recuerdo como si fuera la mejor alta definición que jamás se ha visto en el mundo del fútbol.

Libretas y libretas llenas de clasificaciones y de resultados. Sabíamos que al final, la mayoría de las veces ganaba quien queríamos, pero eso era un tabú. Si Camerún había llegado a la final, no era por el baile de Roger Milla, ni porque tuviera esa mezcla de color preciosa sobre el tapete y el sol de Mundial€ era porque eran la revelación y punto.

Donde no había trampa ni cartón era en los dados. Otra fórmula de juego con la que llené libretas de partidos y clasificaciones. Se enfrentan, por ejemplo, España-Irán. Hay que tirar el dado trece veces. Siete para el local, del uno al seis y un uno final, y seis para el visitante (que siempre tiene menos opciones de ganar). Se hacen coincidir con el ordinal de los números intercalando ocasiones de gol, esto es, tira España, uno€ si sale uno en el dado es gol, y lo apuntas con un circulito sobre el equipo. Y así todo el dado. Irán, uno€ si sale uno, empate. Cuando has tirado trece veces cuentas los goles y resultado final. Cuando lo has tirado tres veces por cada equipo es el resultado al descanso. Luego, podías meter innovaciones. Los equipos campeones del mundo, por ejemplo, tiraban ocho veces€

Pues así creo que llegué al Mundial 2050€ Como una vez hace poco dijo el gran Roberto Mielgo: «Ya sólo nos quedan unos diez mundiales» Suerte que aquellos mundiales los vivimos intensamente. ¿Jugabas a los mundiales? Vale.