La unión hace la fuerza». Una frase que se repite mucho, pero en la que se cree muy poco. En estos momentos estamos asistiendo a un peligroso brote de separatismo que está generando serias divisiones entre la gente que son de muy difícil superación. Dichas divisiones a menudo no responden a legítimas aspiraciones políticas, sino a desmesuradas ambiciones personales y ansias de poder y dinero. A este respecto, la Biblia contiene una serie de advertencias sobre las divisiones y sus consecuencias para la sociedad.

Jesús nos insta a evitar las divisiones en Mateo 12,25: «Todo reino dividido internamente va a la ruina y toda ciudad o casa dividida internamente no se mantiene en pie». Por su parte, San Pablo pide lo siguiente a los Corintios: «Os ruego, hermanos, en nombre de Nuestro Señor Jesucristo (?) que no haya divisiones entre nosotros» (1 Cor. 1,10).

Algunas personas pretenden reducir movimientos como el separatismo a una mera cuestión política o jurídica. Sin embargo, dichos movimientos tienen también su dimensión humana y social cuando dividen a las familias o a los miembros de una misma familia rompiendo la necesaria convivencia y armonía entre ellos. Y todo aquello que atenta contra el bienestar de las personas tiene una dimensión moral ya que supone una ofensa contra Dios que quiere lo mejor para toda la humanidad.

Por otra parte, toda legítima aspiración política y social puede ser motivo de diálogo cuando existen las condiciones para un fecundo intercambio de opiniones libre de coacciones, descalificaciones y desprecios que siempre ha de orientarse hacia el bien común. Por este motivo, a las familias cristianas nos incumbe jugar un papel muy destacado en la superación de las divisiones sociales causadas por determinadas opciones políticas. En nuestras propias familias es preciso suavizar las tensiones que se produzcan cuando los miembros de la familia tengan opiniones políticas opuestas.

Mediante el amor, el perdón y el diálogo respetuoso los miembros de una familia pueden recuperar el ansiado clima de armonía que es necesario en todas las familias.

En nuestro entorno, hemos de promover el respeto hacia todas las legítimas opciones políticas manifestando mediante nuestro ejemplo y palabras que el bienestar de las personas está por encima de cualquier idea, por muy meritoria que sea.

Ciencia y fe católica: de Galileo a Lejeune

Ciencia y fe católica: de Galileo a LejeuneRecojo aquí la presentación recientemente en Navarra del libro Ciencia y fe católica: de Galileo a Lejeune. El autor, Ignacio del Villar, doctor ingeniero de telecomunicación y profesor de la UPNA, estuvo acompañado en la presentación por Javier Goicochea, subdirector de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales y de Telecomunicación de la UPNA de Navarra.

El libro presenta cinco personajes que han marcado el devenir de la ciencia en los últimos cinco siglos: Galileo Galilei, Alessandro Volta, María Gaetana Agnesi, Louis Pasteur y Jérôme Lejeune.

Inventos increíbles como el péndulo, el termómetro, las baterías o las vacunas, descubrimientos asombrosos como la presencia de un cromosoma extra en los individuos con síndrome de Down o la explicación del movimiento de los cuerpos mediante leyes matemáticas, es el legado de estos cinco genios.

La originalidad de esta obra es conjugar las geniales aportaciones de estos científicos con su faceta humana y espiritual, un aspecto que apenas se recoge en sus biografías. Así el lector puede penetrar hasta lo más íntimo de cada protagonista, como si los estuviera conociendo en primera persona.