El que fuera portavoz del PSOE y que dimitió en junio pasado por las desavenencias con la dirección regional por su apoyo a los presupuestos del PP municipal, José Ignacio Gras, dejó las cosas atadas y bien atadas. Al menos eso parece en el trazo grueso de lo que ha acontecido desde que se fuera de la Glorieta. Y ahora ha llegado el segundo capítulo de su legado. El primero ya se escribió casi con sangre cuando estaba en su cénit el conflicto entre Gras y Rafael González Tovar, ex secretario general de los socialistas murcianos, y que se saldó con una victoria del dimisionario al colocar a una mujer afín en la portavocía del grupo en el Ayuntamiento capitalino.

Precisamente, en ella se ha materializado de nuevo el trabajo que hizo Gras con el PP, al que le sacó varias cosas por apoyar los presupuestos de este año. Susana Hernández, sucesora del dimisionario, va a presidir la Comisión Especial de Estrategias de Recuperación Social y Participación Ciudadana, una delegación insólita por cuanto es la primera vez en la historia reciente del municipio que un grupo de oposición se hace cargo de una comisión de pleno. Hasta este momento, todas las comisiones de pleno en las que delegaba el alcalde (y hay bastantes) estaban presididas por concejales del Gobierno local. Y no solo ella. El alcalde de Murcia, José Ballesta, ha decidido encargar la presidencia de otra comisión al también edil socialista. Enrique Ayuso será el presidente por delegación de la máxima autoridad municipal de la Comisión Especial de Sugerencias y Reclamaciones. Ambas comisiones, que generan dietas para los concejales no liberados, ya estaban creadas, pero nunca se habían puesto en marcha y no se había celebrado aún reunión alguna.

La idea de que los concejales de la oposición se responsabilicen de ciertas comisiones y las presidan no es algo nuevo. Tampoco es un conejo que el PP se ha sacado de la chistera. Hace meses, el concejal de Cambiemos Murcia Sergio Ramos, conjuntamente con el grupo Ahora Murcia, pidió eso mismo, una iniciativa que fue apoyada por Ciudadanos y que rechazó frontalmente el Gobierno local a través del grupo popular. Lo curioso es que el PSOE se abstuvo y, por contra ahora, logra dos presidencias de dos comisiones, una de ellas de máxima relevancia. Se trata de la que presidirá Susana Hernández, que se encargará del Reglamento de Participación Ciudadana, una herramienta muy importante para avanzar en la relación del Consistorio con la sociedad y con sus administrados.

La decisión del Gobierno local de saldar sus cuentas con el PSOE en estos momentos en los que se ha abierto el melón de los próximos presupuestos (el PP está en minoría y necesita sumar votos para sacar adelante las cuentas de 2018) es muy significativo. Los populares han mandado el mensaje a la bancada de la oposición de que cumplen con sus compromisos y de que pagan lo prometido por los apoyos. Otra cosa bien distinta es cómo lo vea el resto de los grupos de oposición, que puede apreciar en ese maridaje una complacencia con lo establecido, alejándose un poco más la confección de una alternativa o moción de censura. ¿Habrá llegado el bipartito? Por nadie pase.