Hoy vamos a sufrir la vergüenza de ver al presidente de todos los murcianos y murcianas acudir a un juzgado a declarar como imputado por cuatro presuntos delitos de corrupción. Tal vez usted lo haya visto ya por la tele y se sienta ya avergonzado. Porque ese es su presidente y el mío. Un presidente que se enroca en un sillón que no es suyo, sino de toda la ciudadanía de la Región de Murcia.

Una de las preguntas más repetidas esta semana que nos hacen es ¿por qué no se marcha? Por varios asuntos. El principal es que no le importa la Región de Murcia. Si le importara se habría echado un lado para no perjudicar la estabilidad política. La otra posibilidad es que no sepa dónde ir, no ha hecho otra cosa en su vida. Sólo ha vivido de la política y eso le puede preocupar.

Lo cierto es que un político no puede estar pendiente de sus asuntos judiciales. La ética está por encima de cualquier responsabilidad judicial. El avance en materia de regeneración política nos ha traído, según vemos en el caso del presidente de la Comunidad, una degeneración a la hora de depurar las responsabilidades. Antes, un político aparecía en un titular de un medio por un asunto turbio y se iba.

Dimitía. No ponía en juego la estabilidad de la institución ni perjudicaba a la ciudadanía. Cuestión de honor y de responsabilidad. Ambas palabras desterradas por el Partido Popular, que seguro piensan en incluso sugieren a la Academia de la Lengua que las elimine de su diccionario.

El honor y la honradez son necesarios en la vida, sea cual sea la profesión o la dedicación de uno. Pero lo que estamos viviendo estos días es todo lo contrario: aplausos, actos de apoyo, mensajes ridículos en redes sociales€ Puede ser hasta comprensible que muchos estén preocupados por si pierden su cargo, sus privilegios y eso pone muy nerviosa a mucha gente. Esa misma gente que no se ha dado cuenta de que esta Región no es su cortijo y que actúa en consecuencia. Ven peligrar ahora esos privilegios de tantos años y se ponen nerviosos, claro.

Pero lo que ahora la Región necesita es estabilidad, y para eso no podemos hablar de sillones. Es el momento de hablar de programas, de una Región que progrese y sea estable los dos próximos años. Estamos obligados a conseguir que lo que resta de legislatura la ciudadanía se olvide de los problemas judiciales del presidente de la Comunidad y del Partido Popular. Es necesario trabajar con responsabilidad y siempre con la vista puesta en la ciudadanía de la Región de Murcia. A todas esas personas a las que el PP desprecia cuando defiende a Pedro Antonio Sánchez.

Estamos en la mayor crisis institucional de la historia de la Región de Murcia. El PSOE, como siempre, será parte de la solución, y en ello trabajamos ya. Los socialistas somos gente honrada. Otros aplauden a un imputado. Cuestión de ética y de honor.