No entiendo qué lleva a una mujer de 56 años, esposa del empleado de una gasolinera de un pueblo gallego y con varios hijos con los que formaba una familia «ejemplar» para sus vecinos, a prender fuego a centenares de hectáreas de los montes del entorno de su localidad. Cuando la Policía la detuvo hace algo más de un mes, entre decenas de mecheros le incautaron uno que llevaba impresa la leyenda ´I love Galicia´ (´Amo Galicia´) con un corazón. Pues bien cada mañana encendía una vela entre matorrales en zonas estratégicas para ver cómo ardía el monte de su amada comunidad, lo que ha causado grandes daños económicos y ha dejado sin casa a tres familias. Tampoco entiendo qué lleva a un ´ejemplar´ padre japonés a matar a su hijo de 12 años por no superar las pruebas para entrar a una exclusiva escuela privada. Ni por qué, tras avistar a un tiburón en el puerto de Cartagena, que se acercó a la costa a buscar alimento, en vez de llevarlo a mar abierto, la única solución que se dio fue capturarlo y venderlo en la lonja a 3,30 euros el kilo. No entiendo...