La sociedad valora mucho la ayuda a la gente que lo está pasando muy mal. Son ayudas imprescindibles para quienes un poco de alimento es un mundo. En cambio, se reacciona de manera contraria cuando se pretende transformar esa sociedad para que no siga produciendo pobreza, miseria y exclusión social. Ejemplo de esto, lo tenemos en la institución de Cáritas. Se le ha valorado enormemente su esfuerzo por contribuir a paliar los efectos de la crisis; en cambio, cuando lanza el informe Foessa, que cuestiona las causas de la pobreza, se intenta la descalificar, al igual que el número pobres que registra. Al capitalismo le viene muy bien la asistencia social y le sienta fatal la transformación social.