Alemania tardó noventa años en pagar las indemnizaciones que se le impusieron por su responsabilidad en la Primera Guerra Mundial, y consiguió una quita del 62% en las que le correspondían por la Segunda, que inició invadiendo Polonia. Sin embargo, la dirigente de este país, Angela Merkel, lejos de ser flexible como cabría esperar, se muestra rígida con la deuda de Grecia, que no ha sido contraída por empezar una guerra, sino motivada en gran parte por la crisis mundial. ¿Se puede ganar una Tercera Guerra sin bombas, colocar banderas alemanas virtuales en los Parlamentos de otros países sin un solo tiro?