Si «la lógica es la moral del pensamiento» (Piaget), entonces la interpretación que PSOE-Podemos-C´s hacen de los resultados de las elecciones autonómicas es profundamente indecente, pues se asienta en falacias evidentes para cualquier bachiller. Como en estos partidos perdedores abundan profesores e ´intelectuales´, es obvio aquí el interés demagógico de engañar a los ciudadanos, tomándonos por menores de edad o débiles mentales.

La primera indecencia está en la interpretación de la ausencia de mayorías absolutas como ´voluntad´ de la ciudadanía: «La ciudadanía ha querido que no haya mayorías absolutas», nos dicen. Pero, salvo excepciones oligofrénicas, que las habrá, nadie ha querido eso. Al contrario: todos el que vota, por el hecho de votar, quiere la mayoría absoluta para el partido por el que vota. Si PSOE, Podemos o C´s la hubieran obtenido, todos sus votantes, no digamos sus líderes, habrían visto realizado su designio. Da vergüenza ajena tener que decirlo: que ninguna formación política haya obtenido mayoría absoluta es un mero resultado aleatorio de la dispersión del voto entre varias opciones, pero no es el designio de ninguna ´voluntad de la ciudadanía´. Por tanto, todo lo que, en adelante, puedan hacer estos partidos invocando esa inexistente ´voluntad´ serán simples apaños entre ellos, a espaldas de la ciudadanía y contra la voluntad de la mayor parte, que ha votado al PP. Es lo que llaman ´nueva política´.

Para envolver estos apaños de la ´nueva política´, los portavoces perdedores incurren en una segunda indecencia lógica: afirman que «la ciudadanía se ha pronunciado por el cambio», lo que inmediatamente concretan, por turno, como el cambio que cada uno representa. Pero esto es materialmente falso y formalmente falaz. Es falso porque, insisto, la mayor parte de los electores nos hemos pronunciado por la continuidad, en lo esencial, de las políticas del Partido Popular en los Gobiernos autonómicos (e indirectamente en el central). Es falaz porque, aunque no hubiera sido así, todavía estaría por ver cuál es exactamente el cambio por el que se habría pronunciado la ciudadanía, si por el que proponía el PSOE, por el de Podemos o por el de C´s. ¿O es que todos proponían el mismo cambio? Obviamente, no. Si así fuera, les habría ido mucho mejor concurriendo juntos a las elecciones. Si no lo hicieron y ahora quieren aliarse contra el PP, eso es otro engaño a los ciudadanos, privados de una segunda vuelta, en la que serían los abstencionistas y los votantes de C´s, no sus líderes, los que decidirían si quieren un Frente Popular de las izquierdas o un Gobierno del PP.

Con su peor resultado desde 1979, el PSOE ha perdido las elecciones inapelablemente, en Murcia y en casi toda España. Por suerte, no confían mayoritariamente en sus fracasadas políticas ni los murcianos, ni los españoles en general, hayan votado PP, Podemos o C´s: sólo lo hacen sus ´fieles´, que son 700.000 menos que en 2011. No es la primera fuerza política en España, sino sólo la primera fuerza de las izquierdas y, además, en retroceso. Dicen que quieren ´liderar el cambio´, pero eso sólo significa que, en esa situación de debilidad, quieren el poder que la inmensa mayoría de los ciudadanos les ha negado, para gobernar antidemocráticamente contra la mayor parte y poniéndose en manos del populismo con el que dijeron a su electorado que no pactarían. Es difícil imaginar mayor miseria política detrás de las frases huecas de los portavoces socialistas, desde Pedro Sánchez hasta González Tovar.

Por su parte, Podemos ni siquiera se ha convertido en la primera fuerza de la izquierda. En realidad, se ha limitado a sustituir a IU, sin alcanzar el 10-11% que Anguita tuvo en 1996. Si ahora se plantean pactar Gobiernos con el PSOE, el partido de la ´casta´ al que pretendían desbancar porque había traicionado a ´la gente´ y bla-bla-blá€, será sólo por pura estrategia. Aún más débiles que el PSOE, obligados a unir fuerzas con éste, ´traicionarán´ a los socialistas tan pronto como puedan para sustituirles como fuerza hegemónica de la izquierda. Allá el PSOE si entra en ese juego, como ha advertido Susana Díaz.

Finalmente, el caso de Ciudadanos es paradigmático de cuanto, en esta democracia, hay de puro y formal procedimiento de elección de cargos por mayorías. Siendo el partido menos votado, que se ha limitado a recoger el voto de UPyD y de algunos ´desencantados´ del PP, resulta ser decisivo para permitir la gobernabilidad en muchos lugares y, por eso, se presentan falazmente como representantes de ´toda´ la ciudadanía, ¡incluso de los votantes del PP! No se concibe mayor impostura y arrogancia en un partido que, en Murcia, ha escondido a su candidato, pidiendo el voto para Albert Rivera. Es verdad que el PP ha tenido suerte con Miguel Sánchez: un Rivera o una Villacís habrían hecho mucho más daño. Pero esto no da derecho a C´s a poner condiciones imposibles de cumplir para permitir la gobernabilidad de la región. Aquí el PP hace bien en no querer gobernar a cualquier precio: si el precio es inasumible, que C´s pase a formar parte del Frente Popular y que, en adelante, espabilen los antiguos votantes del PP que, persuadidos por el discurso demagógico de la ´regeneración democrática´ o seducidos por la imágenes telegénicas de algunos candidatos, se abstuvieron o votaron a C´s. Pero nuestros representantes, los representantes de la mayor parte de la ciudadanía, no deben permitir que los representantes de la menor parte nos dicten su interés€salvo que quieran imitar al PSOE y empezar a suicidarse políticamente.