Cada día que pasa me parezco más a mi padre; sobre todo en las costumbres. Desde hace un tiempo, me afeito con brocha y barra de jabón, como él. Con agua caliente y sin prisa. Por qué no admitirlo: este es otro de esos placeres cotidianos que voy descubriendo tardíamente. Y para terminar, unas manotadas de Agua Velva para tonificar la piel y salir a la calle erguido y oliendo a hombre.