En los últimos años es frecuente encontrar en pueblos y ciudades ´demostraciones´ organizadas por la Liga de la Lactancia para fomentar que las madres den el pecho a sus hijos, tras una época en la que la irrupción de las mujeres en el mundo laboral había propiciado una ruptura con el rol tradicional de madre criadora para dar paso al de mujer trabajadora, dos papeles que parecían antagónicos. Y eso porque la mujer trabajadora tiene, como es evidente, menos tiempo para dedicar a sus hijos y muchas optan por no dar el pecho o hacerlo solo durante los seis primeros meses. Y es ahí donde entra en acción esta Liga, que promueve la vuelta a lo ´natural´, una postura contra la que no habría nada que objetar si no se empeñaran en demonizar a las mujeres que no siguen el sendero que ellos marcan como el de las ´buenas´ madres. Y sé de lo que hablo. Por decisión médica no pude dar pecho a mi hija y hasta en el hospital me hicieron sentir como una ´mala´ madre. No sé si eso es de ´buenas´ madres, pero seguro que es de malas personas.