La política institucional es la que se hace desde las diversas instituciones con capacidad de decisión como son los equipos de gobierno de los ayuntamientos, los gobiernos regionales y el gobierno de la nación, cuya finalidad es conseguir el bienestar de los ciudadanos y crear las condiciones óptimas para que la dignidad humana quede preservada, protegida y desarrollada. Evidentemente, hay que añadir a la oposición que aunque no tenga capacidad de decisión, juegan un papel importantísimo y, sin duda alguna forman parte de esta política institucional.

Cuando los que ejercen esta política institucional no son coherentes o actúan en contra de su propia finalidad, se encuentran con los que ejercen la política de la calle, que se traduce en manifestaciones, protestas, ocupaciones, desobediencia civil pacífica...para forzar a los políticos institucionales a que varíen sus líneas políticas porque atentan contra las personas, las familias y las colectividades y se pretende que sus decisiones se fundamenten en los Derechos Humanos y en todos los valores y principios que son garantes de una vida decente para toda la ciudadanía, sin exclusiones. Junto a política institucional y la política de la calle, tenemos la política que ejercen las élites económicas y financieras que utilizan cualquier medio de comunicación y reuniones, y que siempre tienen un carácter secreto y clandestino.

Estas élites financieras y económicas lo único que pretenden es que cualquier decisión política les beneficie y suponga un incremento cada vez mayor de sus incontables capitales, a cambio de garantizarles cantidades de dinero y puestos de trabajo en los consejos de administración. Ejemplo de esto, lo tenemos en que hay más de 40 altos cargos políticos en las eléctricas. Quien no entienda por qué el gobierno no apoya las energías renovables en nuestro país es que no quiere pensar ¡Con el sol que tenemos! Así se entiende que Alemania tenga más energía renovable que España, increíble, pero cierto.

Reflexionando sobre las relaciones entre estas tres formas de hacer política, se puede llegar a la conclusión de que la política institucional en sus órganos de gobierno se ha puesto al servicio de la política de las élites financieras y económicas, sacrificando a la gente en aras de su avaricia y soberbia, sin miramientos ni escrúpulos. Han traicionado la finalidad de su ser de políticos institucionales, situándose por encima del bien y el mal. Hablan del dolor y el sufrimiento de la gente y dicen que les preocupa y que están trabajando para cambiar la situación cuanto antes. Son unos mentirosos, hipócritas,cínicos, falsos, miserables, han vendido nuestro país a los mejores postores, ahora también a los fondos buitres. Su única misión es seguir enriqueciendo a los ya enriquecidos y evitar que la gente se subleve, por eso juegan con los recortes. Cuando vengan las elecciones tomarán algunas medidas populares diciendo que ya está aquí la recuperación, y su único objetivo es que si mantienen el poder es seguir machacando a la gente hasta que se pierda la esperanza de otro mundo posible y necesario. En este país la crisis económica ha sido provocada por la estafa financiera y la corrupción política, no por el abuelico que haya sacado más medicamentos o por las becas o por los servicios públicos o las prestaciones sociales. La corrupción en España nos cuesta diez mil millones de euros al año. Haced cuentas y sumar esto al dinero regalado a los banqueros.

¡Qué tristeza más grande! La política institucional debería llenarnos de preocupación y responsabilidad para lograr que la gente pueda vivir en paz y saborear la vida y ejerzamos el derecho a la felicidad -esto se refleja en la constitución norteamericana-. No es de extrañar que cuando hay opciones políticas que quieren acceder a las instituciones desde estos valores, enseguida denominen sus medidas como estrambóticas, irreales, utópicas, imposibles de realizar. Se burlan de aquellos que intentan llevar a este ámbito de la política las opciones por la justicia, la libertad y la fraternidad. Dicen con orgullo tonto «nosotros no podemos defender eso, porque tenemos vocación de gobierno». Según ellos, la política institucional es ser un instrumento al servicio de los capitalistas para generar cada vez más sufrimiento. sin que se produzca una rebelión social, beneficiándose de tal manera que les garanticen un futuro económico que les permita vivir con todo el lujo y el confort.

Se han puesto nerviosos porque existe la posibilidad de que esos movimientos, cuya opción se basa en la justicia, la libertad, la ecología y la fraternidad, tienen posibilidad de acceder a esos órganos decisorios de la política institucional. ¡Ojalá se haga realidad! Porque las políticas que han provocado en España que la pobreza infantil alcance el 27,5% no es política, en cambio, ellos les llaman política responsable, seria y realista. Deberían pedir perdón si aún les queda algo de conciencia, cosa que dudo mucho.