Era cuestión de poco tiempo que, una vez que el holocausto judío de Auschwitz donde se utiliza con mayor profusión es en la prensa futbolística para definir cualquier incidente ("ese fallo en el penalty ha sido peor que el holocausto de Auschwitz"), se acabara aplicando el Calvario de Jesús como coartada en cualquier pillada sexual. "También crucificaron a Jesucristo", ha argumentado ese cura de Churra cuando le enseñaron las grabaciones donde salía presuntamente junto a otro señor con los pantalones bajados, confundiendo 'chorras' con 'mininas', en un lugar que la comunidad gay frecuenta para hacer lo que Al Pacino en la película A la caza (Cruisin, del gran William Friedkin).

El destituido párroco don Francisco Javier Ruiz no sé lo que tendrá de cura, pero desde luego como retórico no tiene precio. Lástima que en las pilladas que yo he sufrido no se me ocurriera invocar una cita de autoridad similar: "Cariño, no es lo que parece, lo de esta señorita es una confusión peor que el holocausto de Auschwitz" o "déjame que te explique, esto de los pantalones bajados es como cuando también crucificaron a Jesucristo, ya lo dijo aquel cura de Murcia, no sé si me sigues...".

Al parecer, cuando ya toda la parroquia de Churra se había enterado de la creativa explicación de su párroco le gritaron desde el bar "¡eres un artista!", que es el equivalente a ponerte un punto negro en la mano en las novelas de piratas, casi como llamarte 'intelectual'. Si ya ha sido tildado de artista y encima sus vecinos dicen que era una 'persona ejemplar', igual que cuando se descubre a un asesino en serie, es que no hay nada que hacer para restituir su imagen.

Este es un país donde sólo se llama 'maestros' a los toreros y 'artistas' a los que se tienen que ir del pueblo para no ser reconocidos.

Realmente, este hombre ha logrado innovar el argumentario clásico que los expertos en escándalos eróticos prescriben para poder defenderse. Primero se debe negar que el que sale en las fotos o el que está presente en el lugar de autos seas tú. "Tiene un aire, pero no soy yo", "yo nunca he estado allí ni voy a volver a estar".

Si no cuela, puedes admitir, como el expárroco Francisco, que sí eres tú pero que alguna conspiración internacional hace que parezca una cosa rara. "Estaba orinando púdicamente cuando alguien ha pegado en la grabación del móvil esa orgía con desconocidos que no sé de dónde sale".

Pero si tampoco convence, el arma dialéctica incontrovertible es la que al final ha aportado el ya para siempre célebre cura de Churra: tal vez estuvo orinando demasiado rato y alguna otra cosilla, pero, ¡hombre, también cruficicaron a Jesucristo!