Según ha revelado el mago Bárcenas no son 22, sino 38 los millones de euros suizos que ha acumulado. Ya dijo Quevedo, en su letrilla satírica que el dinero

nace en las Indias honrado

donde el mundo le acompaña;

viene a morir en España

y es en Génova enterrado...

y a Suiza lo llevan en pena

con las ánimas de Plutón.

Podría añadir un Quevedo para poner al día ese memorándum sobre la vida oculta y las aventuras de Don Dinero.

Bárcenas, como el pícaro de nuestra literatura del Siglo de Oro, puede llegar a caernos simpático. Ha dado, entre otras, en su justificada relación de su fortuna transalpina, el cuento de que vendió a los chinos una 'silla novedosa'. Es, por tanto, un inventor, un arbitrista, un Paradox Rey, el personaje barojiano, un quimerista y alquimista de tomo y lomo.

¿Saben su suerte cuál hubiera sido en aquellos siglos de Inquisición, pese a su nombre de dorados? La hoguera. Pero no por corrupto y trapisonda en materia del vil dinero, pues en aquellas témporas todos los que tocaban más o menos poder se lo llevaban crudo, sino por alquimista, quimerista y brujo: un tipo que es capaz de engañar al mismísimo diablo, a los chinos.

Le hubiera perdido la trampa. Además, su porte desafiante, bravucón, como el de viejo soldado del Tercio, un sí no es resentido, pobre; como aquel valentón que denigró, desafiante, la grandeza del túmulo dedicado a su Majestad Felipe II. Cervantes, que fue un no menor poeta también, no sólo genial novelista, lo describió en un célebre soneto con estrambote.

¿A quién no espanta y maravilla

tanta máquina insigne,

/ tanta grandeza?

dijo, con sorna el valentón, antepasado de nuestro Bárcenas achulapado; y después "fuése, y no hubo nada".

Mucho nos tememos que. cuando la prensa deje de poner en titulares el caso Bárcenas, a los pocos días, después, un tipo algo chulito y casi anónimo, con una cuenta pendiente aquí y otra en Suiza, salga de un oficina bancaria del barrio de Salamanca después de haber cobrado el paro. Como un españolito más, sin trabajo, y que pasa dificultades a fin de mes.