Cuando el aeropuerto de Corvera empezó a hacerse realidad, allá por 2006, era un proyecto ilusionante, como tantos otros proyectos inmobiliarios y que han demostrado con el tiempo ser una de las principales sinrazones que nos han traído hasta aquí.

Por aquel entonces, a los que ya llevábamos muchos años en el mundo de la empresa privada y, además, estábamos metidos también en el mundo de la aviación, nos sorprendía que al capital privado le salieran los números en el negocio aeronáutico, lleno de tiburones en forma de compañías low cost que operan al límite técnico y económico. Ahora hemos pasado de la sorpresa a las serias dudas de lo que esconde.

El superaeropuerto ha quitado hace apenas unos días hasta su página web. En la misma se prometían millones y millones de pasajeros, pero los hechos son tozudos. El modelo de negocio estaba equivocado y sólo pasaba por el cerrojazo de San Javier y poco más. Este histórico aeropuerto murciano alcanzaba los dos millones de pasajeros hace unos años y era uno de los pocos aeropuertos españoles en beneficios, junto a los insulares, Alicante y un par más. El pasado año bajó a algo más de 1.300.000 pasajeros como consecuencia de la bajada del turismo —especialmente británico— y no porque hubiera baches en las pistas, porque no estuviera fría la cerveza del bar o porque tuviera unos landing fees caros, ya que se fijan en el BOE por tipo de aeropuerto. De estar abierto Corvera habría registrado ese mismo descenso de actividad.

Ahora que AENA ha aceptado la gestión se me abren infinidad de interrogantes en calidad de profesional de la empresa, contribuyente y piloto con miles de horas de vuelo. He usado la mayoría de aeropuertos de España, Francia y sur de Alemania, y afirmo que los servicios de control y tránsito aéreo de San Javier son de una calidad superior a sus colegas civiles y además cobrando la quinta parte, al tener sueldos militares.

¿Cómo es posible que queramos destruir esa ventaja competitiva y la cambiemos por una obra faraónica que iba a ser gestionada por compañías sin experiencia? ¿O acaso el negocio ha sido sólo la construcción de la instalación y no su explotación que ahora le endosan a los Presupuestos Generales del Estado?

En España hay más de cincuenta aeropuertos para 46 millones de habitantes, y en Alemania, para 82 millones apenas tiene 39 instalaciones aeroportuarias, algunas de uso compartido con militares. ¿Somos más ricos o más eficaces que Alemania?

Recientemente, el consejero Sevilla ha declarado en la prensa regional que no es comprensible el uso compartido de una instalación militar por parte de civiles. No alcanzo a entender este razonamiento por parte de un servidor público. Todo el mundo comparte que sería un derroche la construcción de una red de carreteras paralelas a las actuales para que circulara el Ejército, o construir en el centro de Murcia calles especiales para las Fuerzas Armadas. Suena ridículo ¿no? Al menos no me gustaría que lo hicieran con el dinero de los contribuyentes, aunque fuera muy rentable para la compañía constructora. Me molesta especialmente que quien administra mi dinero piense así.

No suena demasiado coherente tampoco que la Comunidad autónoma haya avalado con doscientos millones una inversión privada y que, además, entre sus accionistas figuren varios bancos y cajas, algunos ahora intervenidos. ¿Acaso sus propios accionistas no se fiaban de su negocio y piden a los españoles que les echemos otro cable? ¿Inversión privada a riesgo cero con garantías públicas y explotadas por una empresa pública en trámites de privatización? Si, definitivamente una chapuza que alguien debería explicar, especialmente a los acreedores de la Comunidad autónoma que están a punto de echar la persiana (pymes, farmacias y un largo etc.).

Este aval fue bloqueado inicialmente por parte de la Comisión de Competencia de la Unión Europea con el argumento de que podría ser considerado ayuda de Estado y alterar los precios de mercado. Finalmente, la Comisión lo autorizó y ahora nos encontramos con una instalación propiedad de la empresa que lo construye pero que solicita ser explotada por el Estado «porque tiene la experiencia para hacerlo», que además avala la Administración regional, porque tiene los medios para hacerlo y que acaba de regalar a una compañía privada los clientes de un aeropuerto público, cercano, barato y no subvencionado. Si esto no es ayuda publica y alteración del mercado, que alguien lo explique.

De paso, que explique también el por qué la Administración regional está mediando con las compañías low cost para llenar Corvera y no lo hizo antes con San Javier. ¿Acaso en esa parte de Murcia son hijos de un Dios menor? ¿Acaso los farmacéuticos que han tenido que avalar con su patrimonio el poder dispensar medicamentos a los murcianos no merecerían el mismo trato en cuanto a avales y dedicación? ¿Y quién habla de los taxistas y pequeños negocios que tendrán que cerrar inexorablemente? Muchas preguntas y alguien tendrá las respuestas.

De momento, me suena a rescate público y despilfarro, a falta de saber si pagan los murcianos o lo dividimos entre todos los españoles.