Por no dejar títere con cabeza, recordar que las instituciones que nos representan en Bruselas, Estrasburgo, etc., es decir, el conjunto de autoridades comunitarias deberían también explicitar públicamente qué recortes presupuestarios están estudiando o han realizado ya y de las que no nos hemos enterado el pueblo llano al que deberían dar cuenta. No es cuestión de extenderse en comentar el ajuste brutal que vemos llegar a los Ayuntamientos, Comunidades autónomas y países y que, respecto a los entes comunitarios, no se ha oído nada ni sepamos si se está estudiando algo. Cuestiones como dietas, gastos de viaje, cambios de sede, etc., podrían y deberían ser revisados al menos para dar ejemplo de eficacia y austeridad.

En otro orden de cosas, una señora, empresaria, me traslada compungida el testimonio del trato vejatorio que un director de banco estaba dando a un empresario al que afeaba su situación manifestando que lo tenía cogido por donde más daño se hace. El comentario de la empresaria es que se está olvidando de quien ha creado y crea empleo y quien paga a funcionarios y banqueros. Triste, ya es bastante con que no haya crédito y que los intereses, cuando conviene al banquero, se acerquen al 10%, para que, además, se pierda el respeto hacia quien ha hecho de su vida objeto de trabajo, inversión, más trabajo, crecimiento, etc., con una compensación de poder, muy acotado, o de riqueza para disfrutar, más bien escasa, en remuneración al sacrificio. Esperemos que sean casos aislados.

El Círculo de Economía dispone de un documento interesante y poco difundido que recoge la Propuesta de medidas de ahorro en el sector público como alternativas a las planteadas en el Real Decreto Ley 8/2010. Ha sido elaborado por la Federación de Asociaciones de Cuerpos Superiores de Funcionarios de la Administración Civil del Estado (FEDECA). Son TAC, abogados del Estado, interventores del Estado, etc., que plantean treinta medidas generales, tributarias y de Seguridad Social que deberían tomarse a fin de ayudar al cambio de ciclo económico. Gran parte de las medidas propuestas se centran en la evaluación de la necesidad de un gasto (control previo a ser presupuestado o aceptado) y control de su realización.

Por último, me vienen recuerdos de las clases a las que asistí de niño y joven en las que el número de alumnos no bajó nunca de 45, y la de Preu llegó a 54. No quiero pensar que además de estar en economía del despilfarro se haya confundido bienestar con comodidad y lujo. Actuemos con sentido común y no pidamos al Estado lo que no puede darnos.