En enero cientos de personas acuden a su médico de cabecera con el siguiente cuadro clínico: mal humor, irritabilidad y exceso de tensión en el lugar de trabajo. «¿Qué me pasa doctor?», preguntan insistentemente. «Usted padece de estrés postvacacional», sentencia el médico de familia. No es un chiste, sino una enfermedad. Un mal que, según arrojan diversos estudios, supone una disminución del 25% de la productividad de los empleados. Estos síntomas, que suelen pasarse por alto, traducen en realidad una situación que no sólo afectan a la persona en su ámbito estrictamente profesional, sino que trastornan la salud de su entorno más inmediato. Aunque su manejo varía en función de cada persona, la crisis ha agudizado los casos de estrés, dado el panorama económico del país. O, dicho en otras palabras, la crisis amenaza con ahogarnos en un mar de miedos completamente irracionales.

Para atajar esta enfermedad laboral, propongo la siguiente receta. Deje el traje en la perchera. La corbata, extendida sobre la cama. Y a ellas, que se quiten el vestido, las flores y las trampas, que diría Aute. Entonces, súbanse inmediatamente a su coche. Una vez en él, vayan en dirección a cualquiera de los balnearios, centros de talasoterapia y spas que ofrece la Región. Aquí cambiarán el traje y el vestido ajustado por el albornoz, el gorro y la toalla de baño.

A base de saunas, baños turcos, tratamientos, masajes, pilates, natación, remojos y más remojos notará los beneficios en cuerpo y mente. Si en sus vacaciones no ha habido tiempo para el bienestar, déjese seducir por nuestro universo sensorial. Verá cómo por primera vez este invierno la memoria le procurará «el eco de los días de placer», en palabras del poeta Cavafis.

Salud, bienestar y calidad de vida son los tres pilares con los que trabajamos los empresarios dedicados al turismo de salud. Una triple entente que garantiza desconectar y poner al mal tiempo buena salud, y que además se posiciona como el que sin lugar a dudas será el turismo del futuro. Por todo ello, es una oportunidad que la consejería de Cultura y Turismo haya apostado fuerte por la organización del VI Congreso Internacional de Turismo de Salud.

El próximo mes de abril, cerca de ochocientos ejecutivos líderes de compañías dedicadas al sector conocerán cuál es nuestra oferta hotelera, de servicios y nuestro alto nivel de calidad. Asimismo, el evento ayudara a dar el primer paso para la apertura de nuevos mercados en Europa, Oriente Medio y Asia. Su importancia radica en que promocionará a Murcia como un destino de referencia en viajes de salud y bienestar a empresarios y clientes de todo el mundo. Ésta ha sido y es una aspiración histórica del sector, que con ésta iniciativa puede empezar a ser real.

Se trata de la primera vez que nuestra Comunidad acoge un evento tan especializado y con tanta amplitud de miras en el turismo de salud, por lo que el turismo termal de la Región se encuentra satisfecho, expectante y comprometido para aprovechar esta oportunidad y estar a la altura de las circunstancias.

Por último, lamento la brutal agresión que ha sufrido nuestro consejero, Pedro Alberto Cruz, impulsor personal de este VI congreso y principal responsable de su realización, y no puedo por más que expresar desde aquí mi mas firme repulsa y mi más sincera apoyo y deseo de pronta recuperación.