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as vacaciones de verano del año pasado fueron bastante movidas para la familia Mengánez. Un día ocurría que al más pequeño de los niños le había picado una avispa; otro, que el padre se había pinchado con un erizo de mar; un tercero que la madre se había tropezado con una medusa. De esta manera es como los animales pueden estropear estas semanas tan esperadas y deseadas por todos. Pero, curada en salud, la familia ha tomado una serie de precauciones que disminuyen los riesgos imprevistos con los que el mundo animal puede amenazarnos.

No podemos prohibir a las abejas, avispas, abejones y otros himenópteros -como el inofensivo abejorro que está al borde de la extinción- que vuelen por nuestro jardín, pero podemos tomar precauciones contra ellos. Lo primero que hay que tener en cuenta es que el veneno que sus aguijones introducen en la sangre es muy peligroso y que causa, cada año, accidentes más o menos graves. La segunda idea es que estos insectos no suelen picar a los humanos más que cuando se les molesta en sus nidos o colmenas o cuando salen a recoger el néctar de las flores; como los nidos de avispas y abejas son bastante visibles, evitad aproximaros a ellos y procurad que vuestros niños hagan lo mismo. Llegado el caso, haced que un especialista destruya con humo los nidos que se encuentren en el jardín.

Cuando un insecto pica a una persona, sobre todo si las picaduras han sido varias, esta persona debe ser observada durante unas horas, porque el choque anafiláctico puede desencadenarse rápidamente, pero también puede producirse de forma progresiva. Este choque es peligroso en la medida en que puede dar lugar a un colapso cardíaco en los casos más graves; otras veces provoca una fiebre muy alta, acompañada de delirio, escalofríos y edemas. Lo primero que hay que hacer es sacar el aguijón con las pinzas de depilar. Si sentís alguna dificultad para respirar, destemplanza, palidez o sudores fríos, avisad inmediatamente al médico más cercano y, si éste no puede llegar pronto, recurrir a los antihistamínicos de vuestro botiquín; mientras os ponen la inyección de calcio o de tónico cardíaco, tomad té o café cargado.

Pulgas, chinches, mosquitos y otros insectos pueden desencadenar igualmente reacciones alérgicas, llegando a veces hasta la urticaria y los edemas. Sin embargo como no inyectan veneno, el peligro es menor. Generalmente un lavado con jabón ácido, compresas de agua y vinagre o de agua pura con un poco de lejía o alcohol acaban con el picazón. Un consejo: evitad rascaros, por mucho que os cueste.