Con motivo de la celebración del Día Internacional del Libro el pasado 23 de abril, se ha vuelto a poner de actualidad el libro que Rita Wildgans y Hans Kaufmann publicaron este pasado febrero bajo el título Van Goghs Ohr. Paul Gauguin und der Pakt des Schweigens (La oreja de Van Gogh. Paul Gauguin y el pacto del silencio), en el cual los escritores defienden la teoría de que el famoso autor de Los Girasoles no se habría automutilado la oreja en un ataque de locura como se pensaba hasta ahora, sino que la lesión sería el resultado de una riña con otro gran artista, Gauguin.

A los pocos meses de estar instalado en Arles, sur de Francia, Van Gogh alquiló 'la casa amarilla', conocida así por tener las paredes pintadas de ese color, uno de los favoritos del artista, con la intención de habilitar en ella un taller para artistas. Todos los pintores desoyeron su invitación salvo Paul Gauguin que, convencido por Theo, el famoso hermano mecenas de Vincent, acudió a Arles a pasar una temporada. Al principio la convivencia fue agradable y fructífera, los artistas trabajaban juntos y debatían sobre arte, pero a medida que discurrían los meses la relación fue empeorando. La vida en común estalló definitivamente una tarde de diciembre en la que Van Gogh y Gauguin discutieron tan acaloradamente que el primero llegó a amenazar al segundo con una navaja. El parisino, tras sentir cerca el brillo de la navaja, consideró más prudente alquilarse una habitación fuera de la casa del holandés y lo dejó solo. Fue en estos momentos de soledad cuando el autor de La Habitación, en un arranque de locura, se automutilaría el lóbulo de la oreja izquierda, la envolvería en un paño y la entregaría a una prostituta de su burdel favorito a modo de regalo. Hecho esto, regresaría a su casa donde sería descubierto al día siguiente, bañado en sangre, por la Policía y enviado al hospital donde se restablecería rápidamente. Gauguin, una vez relatado lo sucedido a los responsables del orden, habría aprovechado la coyuntura y puesto pies en polvorosa dirección a París. Hasta aquí la versión admitida tradicionalmente.

Sin embargo Wildgans y Kaufmann dudan del testimonio de Gauguin. "Usted se calla y yo también lo haré", fueron las últimas palabras de Van Gogh a Gauguin, lo que hace pensar a estos estudiosos que los artistas acordaron un pacto de silencio por el cual se vería obligado el parisino a mentir sobre el suceso real.

Los restos exhumados del holandés han demostrado que es imposible que perdiera una parte de su oreja, y no su totalidad como se creía también erróneamente, a causa de una automutilación, puesto que la profundidad de la fisura y el ángulo de incidencia requieren de la fuerza de un golpe producido por una segunda persona, que vendría a ser Gauguin, el cual era conocido por sus habilidades como espadachín. Todo habría sucedido de forma rápida al reñir los dos artistas con motivo del deseo manifiesto de Gauguin de abandonar Arles a causa de la tormentosa convivencia. Vincent habría lanzado a Paul un baso de un bar y lo habría perseguido para convencerlo de que cambiara de opinión. La disputa habría acabado en la calle donde Gauguin, desenfundando su daga, habría herido a Van Gogh en la oreja, no lejos del burdel donde más tarde aparecería la susodicha.

Otra versión alternativa justificaría la pérdida de parte de la oreja del gran artista de resultas de una riña con un cliente del burdel, pero esta hipótesis, al carecer de Gauguin como coprotagonista, pierde atractivo y no está tan desarrollada.

Los restos de Van Gogh serán expuestos en el Museo Nacional de Antropología hasta finales de agosto y posteriormente en el museo del artista de Amsterdam

Lo que da de sí un cachito de oreja, proclamo.