El duelo entre dragones y elfos se toma un respiro. Las primeras temporadas de 'El señor de los anillosy de 'La casa del dragónhan terminado y es hora de hacer balance. HBO y Amazon han tirado la casa por la ventana para presentarnos dos series llamadas a arrasar y a acaparar conversaciones durante las semanas en que han estado en emisión. Difícil es poder valorar de manera objetiva con cifras reales, porque los datos de audiencia son uno de los secretos mejor guardados de las plataformas y cada una los usa a su antojo. Según las cifras publicadas, cada una de las dos rondarían entre los 25 y 30 millones de espectadores por episodio. Casi nada. Así que de entrada es difícil hablar de vencedores y vencidos. Será más decisivo ver cuál es el comportamiento de la audiencia cuando ambas regresen.

Según lo que se lea, unos dan como ganadora a Los anillos del poder, otros a la precuela de Juego de Tronos y los terceros se salen por la tangente y suben a Netflix a este trono por la audiencia, bien con Dahmer bien con Stranger Things. Me quedo más con quienes hablan de un empate, porque es muy fácil que quien haya visto una, haya visto también la otra. Además que sus episodios semanales se estrenaban en días diferentes (el viernes una y el lunes la otra), mientras que precisamente una de las ventajas de las plataformas es que uno puede ver su serie favorita cuando le dé la real gana.

De alguna manera, ambas parecen complementarse, ya que lo que de sexo y violencia le sobra a la una, a la otra le falta. La casa del dragón es tan bestia como lo fue Juego de Tronos, mientras que Los anillos del poder ofrece entretenimiento que puede disfrutar toda la familia. Habrá quien la desprecie por eso, pero para otro amplio sector de la audiencia es un plus más que importante saber que puede verla acompañada de sus hijos pequeños.

Las dos son precuelas de sagas de gran éxito, llamadas a tomar el relevo de audiencias masivas de su predecesoras. Además de tener en común el estar ambientadas en reinos imaginarios de fantasía medieval, las dos comparten el hecho de que su trama no está tan desarrollada en la literatura como sí lo estaban Juego de Tronos y El Señor de los Anillos. Ni siquiera las obras que las han inspirado se tratan de relatos novelados.

En el caso del gran blockbuster de Amazon Prime, tampoco se puede decir que sea una adaptación de El Silmarillion. Los productores solo cuentan con unos pasajes muy concretos de los apéndices de los libros de Tolkien y de esas anotaciones han recreado todo este mundo de ficción. La mayor libertad creativa se ha traducido en la aparición de decenas de hordas de haters indignados acusándoles de traicionar el legado del escritor, grupos entre los que se encuentran los misóginos y los racistas de siempre que salen a gritar cuando se da visibilidad en papeles protagonistas de obras de ficción a mujeres y personas de color. Hulka ya aprendió a reírse de ellos.

Tampoco es una novela como tal Fuego y Sangre, el libro de George R. R. Martin que adapta La Casa del dragón. Es todo un tratado de Historia con mayúsculas que repasa el reinado de toda la dinastía Targaryen a lo largo de los siglos. Los acontecimientos que narra la serie de televisión no llegan casi hasta la página 300 y los hechos mostrados en los primeros capítulos se ventilan en unos cuantos párrafos. Así que la trama de la serie de HBO se ha ido cociendo a fuego lento para llegar a donde se quería llegar y dotar de fuertes cimientos las motivaciones de todos los personajes, que a veces ni siquiera están esbozadas en el libro.

Si yo tuviera que elegir un ganador e este duelo de titanes, desde la subjetividad más absoluta, me inclinaría por La casa del dragón con un final de vértigo. La versión de Amazon del imaginario de Tolkien me sigue dejando un poco frío. La serie está muy bien hecha y visualmente es apabullante pero no consigo enfatizar con los protagonistas. Parece que toda la primera temporada de El señor de los Anillos se la había jugado a la carta del misterio sobre la identidad de Sauron. Pero viendo los episodios, no hacía falta calentarse mucho la cabeza para poder intuir por dónde venían los tiros. Vamos que tampoco había tantos candidatos. A lo largo de los libros nos han hablado mucho de los anillos de marras, pero en realidad solo vimos al Único. Esa joya llamada a gobernarlos a todos y que hacía invisible a su portador en cuanto se la ponía en el dedo. Parece que vamos a ver la forja de estas reliquias gracias a las maquinaciones del Señor Oscuro, una trama que deberá culminar con aquella espectacular guerra que vimos al inicio de El Señor de los Anillos. Otro de los momentos destacados de esta primera entrega ha sido la creación de Mordor.

La última escena de La Casa del Dragón me ha tenido en tensión regalándonos uno de esos momentos que nos hacen recordar por qué nos gustaba tanto su predecesora. Esa mirada de Rhaenyra Targaryen (Emma D'Arcy) al final del episodio es muy similar a la de su descendiente cuando Daenerys (Emilia Clarke) se subió a lomos de su dragón dispuesta a arrasarlo todo en el criticado desenlace de Juego de Tronos.

Ya lo decíamos entonces y lo repetimos ahora, nunca le toques las narices a un Targaryen. La casa del pelo plateado ha demostrado a lo largo de la historia una capacidad más que sobrada para engendrar auténticos psicópatas. El final de la temporada ha marcado el inicio de una guerra sin cuartel en la que ya ha quedado claro que no hay ningún tipo de reglas, ni de límites. Y los bandos en conflicto cuentan con todo un arsenal de armas de destrucción masiva, los dragones. Ya hemos visto que algunos de sus jinetes tienen dificultades para poder controlarlos, lo que puede generar consecuencias trágicas. Nada bueno va a salir de esta lucha fraticida. Todos recordamos que en Juego de Tronos, la dragones era una especie casi extinta, los Targaryen habían sido expulsado a patadas del poder y yo no recuerdo mucho a los Hightower, a pesar de que aquí parecen haberse encumbrado como una de las casas más poderosas de Poniente. Parece que en la historia de Juego de Tronos, sí que estaban, aunque no los recordemos. No puedo evitar sentir un respingo cada vez que en La casa del dragón escuchó el apellido Lannister, Stark o Baratheon. ¿Será igual con los Hightower si vuelvo a ver Juego de Tronos?

El rodaje de la segunda temporada de El Señor de los Anillos ya ha comenzado, mientras que para La Casa del Dragón parece que tendremos que esperar un poco más. El equipo de producción no se va a poner en marcha hasta el año que viene, la primavera de 2023. Solo nos queda esperar comiéndonos las uñas.