Totana, como tantas ciudades, ha cambiado, pero no queremos desprendernos de las imágenes de cómo era nuestro pueblo y nuestras gentes. Los recuerdos inundan todos los espacios más significativos de esta ciudad junto a las voces que van describiendo cada rincón. La balsa vieja, los aguadores en la fuente, los tornos alfareros girando con un movimiento hipnótico, la feria de los burros. Totana es presente, pero con un filtro en blanco y negro. No desaparece lo que piensa, transmite y fomenta. Esta ciudad desprende aroma y sabor de norte a sur y de lado a lado. El azahar, los pimientos tostados, el jugo de la naranja escurriendo finamente por la muñeca. Es su fervor intacto desde la época medieval, es el esfuerzo comunitario plasmado en obras como la Parroquia de Santiago o la canalización de la fuente de la Carrasca.

Estas palabras no son mías, sino de Verónica, arqueóloga y actual concejala de Turismo de Totana, que lleva la historia de este municipio tatuada en su alma y en su corazón.

Cuando visité la ciudad de la mano de la maravillosa Belén, su responsable de Turismo en la oficina, y de Verónica, me di cuenta de lo mucho que me he perdido durante todos estos años que había pasado cientos de veces por las faldas de esta localidad.

Siempre había cometido el error de identificar sus recursos gastronómicos, culturales, paisajísticos y patrimoniales con su extrarradio: Espuña, La Santa, La Huerta, Venta Rata, y más recientemente su incomparable La Bastida. Nunca abrí su blusa y recorrí sus poros uno a uno. Totana no solo es el corazón del Valle del Guadalentín, sino que lleva el valle en el corazón.

El Yacimiento Arqueológico de La Bastida, un lugar donde la historia, el conocimiento y la magia se dan la mano.

Si quiere disfrutar de una ciudad diferente, si quiere conocer las entrañas de la ciudad, lo mejor es conocer su pasado. La historia de los 17 kilómetros de canalización de su Fuente de la Carrasca, el porqué de sus barrios de Sevilla y Triana, los 18 caños de su Fuente barroca (siglo XVIII), su Casa de las Contribuciones y su Arco de la Ollería, la mejor entrada para conocer su historia; y es que están ustedes ante una ciudad en la que la devoción por su Santa Eulalia ganó a Santiago por mayoría, porque en este lugar la mujer siempre jugó un papel clave en su desarrollo.

Totana, cien por cien historia

Lo mejor, sin duda, es comenzar visitando el Yacimiento Arqueológico de La Bastida, un lugar donde la historia, el conocimiento y la magia se dan la mano. Algún día, cuando las autoridades turísticas se den cuenta de la importancia de nuestro patrimonio como eje reactivador de la economía, La Bastida está llamada a convertirse en uno de los mayores símbolos del Mediterráneo. «El futuro de nuestro turismo está en nuestro pasado», escribí hace unos años.

Después de esta ‘sobredosis’ de pasado y memoria, su incomparable Santa de Totana, que se esconde bajo laderas rojas y granates, como si del corazón de la ciudad se tratara, nos espera.

«No sé si existen los ángeles, pero si existen, algunos vienen aquí a descansar». Y es que este lugar transmite ante todo paz, sobre todo los días de primavera y otoño soleados cuando el lugar se convierte en un lienzo bordado con hilos de oro y sangre. Siempre he dicho que si la Santa de Totana estuviera en otra Región, los murcianos y murcianas haríamos cientos de kilómetros para ir a visitarla, pero el problema es que lo tenemos aquí. Ojalá que la difícil situación que estamos viviendo con la pandemia se convierta en la mejor oportunidad para conocer nuestra Región, un lugar lleno de lugares que parecen sacados de un cuento de dibujos animados.

Visita a la torre con Belén, de la Oficina de Turismo, y Verónica, concejala.

Con un día no es suficiente para entablar una amistad para siempre con Totana, sobre todo si queremos aprovechar su inmenso caudal de naturaleza; y es que aquí los senderos, los pozos de la nieve o sus atalayas, nos ofrecen mil rutas, cien historias y diez razones para perderte. Por cierto, llevo años, muchos, pidiendo que los Pozos de la Nieve no solo se restauren, sino que sería necesario que alguno recuperara, a través de los proyectos y las posibilidades que ofrecen los Consejos Comarcales, su actividad, aunque fuera de manera simbólica. ¿Se imaginan la gente que vendría a visitar el pulmón de la Región?

La Alfarería Bellón, una familia que va ya por la séptima generación moldeando piezas.

Pero como solo tengo apenas dos páginas para visitar la ciudad, me tengo que dejar su inmensa riqueza paisajística a un lado y dirigirme a una ciudad llena de historias y recuerdos, de trabajadores incansables y tradiciones ancestrales.

Hasta que no suba a la torre de su Iglesia Parroquial de Santiago no podrá decir que ha visitado la ciudad, y es que llegar a lo más alto, y sentir la ciudad entre sus campanas llenas de simbología (Tabletas) mientras te giras 360 grados, es una sensación única. En el trayecto a este lugar, mientras está subiendo sus 83 escalones, disfrute de su artesonado, de la habitación de los novios o que le enseñen la cápsula del tiempo. Y debajo, a sus pies, la Fuente de Juan de Uzeta, una pieza única del barroco en nuestro Región.

Centro Cultural La Cárcel.

En apenas unos pocos minutos están la Capilla de la Milagrosa o su Centro Cultural La Cárcel, de obligada visita, donde las forjas de las ventanas con forma de buche de paloma te miran con altivez sabiendo de su belleza.

Maridaje ancestral con la alfarería

Pero irse de Totana sin conocer su maridaje ancestral con la alfarería es como comer un gran plato con un vaso de agua en vez de abrir su mejor vino.

Entramos a Bellón, una familia que va ya por la séptima generación acariciando y moldeando piezas. A sus pies, un imponente horno que esperemos que se ponga en valor con las ayudas que llegarán dentro de poco. Cuando entré en él, salvando las distancias, me recordó el día que estuve en la tumba de Agamenón en Grecia. Este lugar, recreado y memorizado, debería ser de obligada visita.

Se me acaba el tiempo y el espacio, y quiero terminar sentado en La Despensa de Tani, junto a La Fonda de Mariquita, actualmente una casa de comidas para llevar en la que dicen que se prepara la mejor gallina en pepitora de la Región. En Tani no te olvides de saborear su torta de pimiento molido o sus galletas de avena. Si vienen a Totana, reserven cinco minutos para entrar en una despensa que parece sacada de un cuento de hadas, de hadas buenas.

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