Si tomamos un libro de historia en una mano, y un mapa de España en la otra, Cartagena debería ostentar la capitalidad de la Región de Murcia desde hace demasiados siglos. Salvo que simplemente hiciera una relación de lugares que visitar en Cartagena, y aun así es probable que tampoco, sería imposible condensar en dos páginas todo lo que esta ciudad y sus alrededores pueden ofrecer. Sin duda, estamos ante la capital turística de la Región de Murcia: la ‘capital’ nos recibe con los brazos abiertos.

Sólo hay una forma de conocer esta ciudad, de enamorarse de ella, de sumergirse por sus plazas y pasadizos. Hace falta que un cartagenero te enseñe su alma.

Yo he tenido la suerte de volver a recorrerla por enésima vez, y otra vez vuelve a sorprenderme. De nuevo las piedras me hablan, la historia se sube a hombros del visitante y te enseña su larga vida, que es la historia de la humanidad en estos simplemente últimos tres mil años.

Arrancando la visita desde el Ayuntamiento de Cartagena

Ayuntamiento de Cartagena

Ana Salazar me recibe en la puerta del Ayuntamiento, el consistorio por sí solo ya merece una visita. Entrar en él, en sus dependencias, mientras te explican su pasado, es un lujo al alcance de la mano. Cuando apenas te has sobrepuesto de la visita, y a tiro de piedra, encuentras el Museo Naval, donde el submarino de Isaac Peral se muestra desnudo frente a ti. Una lástima que aquellos ‘cañonasos’ que sonaban a las 8, 12 y 20 horas del día hoy solo formen parte de la memoria. En La Habana aún resuenan, y miles de personas se asoman a su malecón para dejarse llevar por su estruendo y su magia.

El paseo que une el puerto de Cartagena con Cala Cortina, sobre todo en otoño y primavera, es simplemente espectacular. Bajar a esta pequeña cala en esos meses es un pequeño lujo que ofrecen muy pocas ciudades en el mundo. Sin darme cuenta, la entrada al Museo Romano aparece ante mí sin apenas ruido. Cuando uno se encuentra en la Plaza del Ayuntamiento, con su puerto a los pies y una luz azul llena de vida, se experimenta un momento imposible de disfrutar. Si Lisboa tiene su Plaza del Comercio, aquí en Cartagena también tienen su pedacito de gloria.

Detalle de escena del Teatro Romano

El paso por debajo de las edificaciones, desde el Museo a su Teatro Romano, es de obligada visita. Pero especialmente aparecer de pronto en un lugar tan especial, que llevaba demasiado tiempo escondido, te lleva a sentirte por unos instantes parte de la gran historia de Cartagena. Debe aprovecharse el gran trabajo de Cartagena, Puerto de Culturas, y dejarse llevar de la mano por sus profesionales. Por algo menos de veinte euros, tienes acceso al corazón y la memoria de la ciudad.

Llevo varias horas en la ciudad, y apenas he visitado una cuarta parte de lo que me espera. Como me dice su alcaldesa, Ana Belén Castejón, «Cartagena es un municipio con un gran pasado, que ha dejado una huella tremenda en nuestra historia, en nuestra cultura, en la gastronomía, e incluso una industria puntera en muchos sectores». Ana vuelve a contarme, desde lo alto del Parque Torres, la historia de la ciudad. Subimos entre túneles y vistas al mar, entre piedras e imágenes, entre luces y jardines.

Estamos construyendo las bases de la ciudad que marcará el rumbo de la Región en las próximas décadas

Ana Belén Castejón - Alcaldesa de Cartagena

Cartagena, el mejor restaurante de la Región

Antes de volver a entregarme a la historia de la ciudad, la gastronomía se cruza en nuestro camino, y es que Cartagena se ha convertido quizás en el mejor restaurante de la Región en su conjunto. Mi amigo Frutos -autor de algunas fotografías de este reportaje-, que ama su ciudad como nadie, me habla del Parador del Mar Menor; o de comer un asado en la venta el Buen Descanso, en Tallante; o de La Marquesita, en la llamada Plaza de los Carros: «Aquí está todo bueno, hasta los postres son brutales», me dice. «Casa Beltrí, el Universal, en el Callejón de la Palma, ¿sigo Miguel?» Me insiste. «El Magoga está muy bien, pero hablamos de otro nivel».

Menos mal que llego al Foro. Allí tenemos la suerte de quedar en manos de Pedro Huertas. Un minuto con él basta para saber que es la persona idónea para conocer este lugar perfecto. El rugby es su deporte, pero por suerte, ha dejado un hueco para su mayor pasión: la Historia.

Dintel de Lucio César, en el Teatro Romano.

Cuando esté terminado el Museo, debería ser obligatorio que todos los colegios e institutos den clase aquí. Están preparados con las últimas tecnologías para que los más pequeños disfruten de la historia. Es la mejor forma de conocer parte de nuestro pasado. Antes de irnos a comer, subimos al Molinete, una de sus famosas cinco colinas, conocida como la Colina de Asdrúbal.

Después de asomarte a la ciudad, volvemos por las calles, que rebosan vida por los cuatro costados, aunque ahora, en estas semanas de pandemia, también sufre el ir y venir de gente. A pesar de ello, no hay donde dejar de mirar. La calle del Carmen y sus edificios te recuerdan que estás ante una de las ciudades más emblemáticas del Mediterráneo.

No sé cuánto tardará Cartagena en ser declarada Patrimonio Mundial, pero si abriera sus puertas el ejército a la ciudad, quizá tardarían mucho menos tiempo, y es que Cartagena tiene aún demasiados tesoros escondidos bajo llave. Una lástima.

Pero si algo está consiguiendo esta ciudad es convertirse en la capital cultural de la Región. Parte de culpa la tienen un puñado de inquietos valientes que siguen empeñados en que ‘Cartagena Piense’. Algún día espero que la Región rinda un merecido homenaje a esta iniciativa que sigue luchando contra el pensamiento único.

Palacio Aguirre, en detalle de su escalera principal.

Nos despedimos en Arqua, mientras desde una de sus terrazas vemos caer la tarde y dar la bienvenida a la noche. Hablamos de su Semana Santa, de sus maravillosas fiestas de Carthagineses y Romanos, de su Noche de los Museos, de cómo será esta ciudad dentro de una década, cuando su Anfiteatro abra sus puertas... Cartagena es mucha Cartagena. Lo dicho, una capital sin corona.

Artículo dedicado a Agustina Martínez, ex gerente del consorcio ‘Cartagena Puerto de Culturas’. Su legado perdurará.

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Dirección del Ayuntamiento: Calle San Miguel, 8, 30201 Cartagena, Murcia

Teléfono: 968128800