Quería estudiar Historia pero su padre le dijo que se moriría de hambre y estudió dos años de Biología, tres de Derecho que no le convencieron y se preparó unas oposiciones para ser funcionario público. Hasta trabajó de aprendiz de herrador de caballos, «tuve suerte de no llevarme ninguna coz porque lo hacía a la inglesa, sin ayuda de nadie». Pero tenía muy claro desde niño que su vocación era la de escritor. Está especializado en literatura de fantasía histórica.

¿Cómo floreaste tanto si tenías claro que querías ser escritor?

Floreé mucho en la Universidad pero era porque no me perdía ni una fiesta (risas). Desde niño hice muchos pinitos con la literatura, siempre iba con mi libreta y mi boli. Coqueteé con la poesía para ligar pero con 13 años un amigo me introdujo en los juegos de rol. Los que había en el mercado me sabían a poco así que decidí escribirlos, hacía mis mapas, mis intrigas, la interpretación, las voces de los personajes y relataba todas las historias. Mi pareja, Isabel, fue determinante en mi faceta literaria y siempre ha sido mi lectora cero.

Háblanos de tus obras.

Son novelas río, todas convergen en una trama central. Forman parte de la trilogía (o tetralogía), Las lágrimas de Gea. Tengo publicada la primera parte, El ocaso de los Normidones, que ha sido traducida al inglés, se está traduciendo ahora al italiano y se negocia su traducción al francés, alemán y japonés. La segunda parte está apunto de ser publicada, su título provisional es El ojo de Calesh. La tercera parte tampoco tiene título pero lo que sí tiene es el final escrito. También tengo publicada La caída de la casa Munroe que forma parte de los apéndices de la trilogía, son una serie de spin off y precuelas que completan la obra y conectan con la trilogía.

¿Escribes primero el final?

Siempre empiezo mis novelas por el final, así te evitas lo que les pasa a muchos, que no saben como cerrar las obras. No me gusta que me etiqueten, tengo mi sello y mi estilo, la gente compara mi obra con Juego de tronos, es algo que no me gusta pero lo entiendo. Yo hago fantasía histórica, bebo de la historia para crear mi propia fantasía. Mis personajes no son malos ni buenos, tienen muchos matices.

¿Cuando acabarás la colección?

La colección completa, si no crece, serán 19 novelas. Sólo con lo que tengo con mi propio mundo tengo trabajo para el resto de mi vida.

¿La Historia se repite?

Sí. El nuevo Imperio Romano, hoy imperio económico, es EE UU, aunque está a punto de caer a manos de los chinos. Los que dominan el mundo, en la fantasía y en la realidad, son los que están en la sombra. En la realidad no los conozco pero en mi mundo sí se quienes son y yo soy quien los manejo. En la fantasía se puede jugar a ser Dios.

¿Imaginas tu obra en cine?

La veo más como una serie de televisión. Es una obra fácil de adaptar pero muy costosa.

¿Te queda tiempo para más?

Nunca digo no a ningún proyecto, ahora estoy trabajando con Virgina Berrocal y José Gabriel Espinosa en un cómic y un videojuego sobre mi obra y con un grupo de escritores en la revista Stygia.

DE PUÑO Y LETRA

¡Bienvenido a bordo! ¡El viaje comienza ahora! ¡Llevo tanto en la oscuridad que he aprendido a apreciar la luz!

Grafoanálisis. Es posible que Sergio se considere mucho más apasionado y afectivo de lo que en realidad los demás llegan a percibir, al menos a poco de conocerlo. Por el contrario tiende a sobreestimar el valor de lo que da de sí a los demás. Su profundidad humana rara vez es evidente para los demás: se necesita mucho tiempo para llegar a conocerlo tal cual es auténticamente. Al momento de transmitir sus pensamientos y sentimientos su mente se´demora mucho en su propio mundo´ antes de manifestarse: tal vez sea la razón por la cual haya encontrado en la escritura la vía ideal para expresar su riqueza interior. Pablo Alzuagaray (www.consultoresgrafologos.com)